Otro de los problemas de la presente cosecha es la falta de jornaleros tanto españoles como de otros países como consecuencia de la crisis sanitaria producida por el coronavirus y las medidas adoptadas en materia sanitaria y laboral.
"Las cuadrillas van a rejuvenecer porque tendremos que contar sobre todo con estudiantes y personas que no dependan de otro tipo de ayudas estatales", explica Rivas.
Y es que medidas como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a los que se han acogido muchas empresas limitan la posibilidad de contar con mano de obra dispuesta a esta labor. "Si tienen ayudas no se arriesgan a perderlas por seis días de campaña", explica Rivas.
Las cuadrillas tampoco podrán contar con trabajadores rumanos y portugueses que habitualmente participaban en la vendimia, quienes recibían entre 8 y 10 euros por hora de recolección.
Pero también los pequeños empresarios de la viticultura se tentarán mucho de contratar en precario en esta campaña de 2020.
Los riesgos son muy evidentes ya que no se puede descartar que se produzca un caso de coronavirus entre los miembros de una cuadrilla por lo que las condiciones laborales a seguir van a ser muy estrictas.
Cabe recordar que el Covid-19 es una enfermedad infecciosa de declaración obligatoria por lo que ningún empresario se va a atrever a pagar en negro a ningún jornalero en esta vendimia.
También Pazos reconoce que puede haber problemas con la mano de obra. Confía no obstante en que las Empresas de Trabajo Temporal (ETTs) que facilitan a muchos de los trabajadores del campo que participan en la vendimia "garanticen que todos ellos cumplen los requisitos, incluidos los sanitarios, que se exigen para esta actividad".
Asimismo se subraya el hecho de que Galicia no cuenta con la ventaja de las "peonadas" de Andalucía, que dan a los trabajadores del campo unos privilegios especiales.
