Los servicios de emergencias intervinieron ayer en dos nuevos incendios forestales. El primero de ellos se produjo junto a la salida de Meaño de la Autovía do Salnés, y se quedó en un conato gracias a la rápida intervención de los servicios de emergencias, entre ellos los Bomberos con base en Ribadumia. Horas después se produjo un segundo fuego, este más preocupante, en San Miguel de Deiro.

El incendio de San Miguel se registró en el lugar de Viñagrande, y empezó a media tarde. Como en el caso anterior, fue posible controlarlo con cierta rapidez, y finalmente la superficie afectada no fue muy amplia. Pero sí pudo haber sido un fuego grave, habida cuenta de que en sus inmediaciones había varias viviendas. Ese es el motivo de que desde la Xunta de Galicia se movilizasen dos helicópteros de extinción (aunque al final solo descargó agua uno), así como a los Bombeiros con base en Vilagarcía. Fueron igualmente movilizados los voluntarios de la agrupación local de Protección Civil y agentes de la Policía Autonómica.

El incendio se declaró en una zona de monte arbolado situada junto a las casas, pero por fortuna las llamas se quedaron a entre 50 y 100 metros de las viviendas, pues ya fuese por la orientación del fuego o por el viento, ardió en dirección opuesta a la zona habitada.

Aún así, se vivieron momentos de nerviosismo debido a la cercanía del incendio, que se dio por controlado en torno a las 19.00 horas, aunque los miembros de Protección Civil permanecieron en la zona hasta el anochecer para regar la superficie quemada y evitar los rebrotes.