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Las bodegas retoman el enoturismo para los primeros viajeros de fuera de Galicia

Pazo Baión estrena la "nueva normalidad" con una visita para 30 personas distribuidas en tres grupos

Pazo Baión celebró las catas en el interior debido a la lluvia registrada ayer. // Iñaki Abella

Las bodegas de Rías Baixas empiezan a reabrir las visitas enoturísticas, coincidiendo con la llegada de los primeros turistas de fuera de Galicia. Pazo Baión ha sido de las primeras en retomar la actividad, y durante la mañana de ayer acogió a unas 30 personas, pero otras bodegas, como Mar de Frades, Paco y Lola o Lagar de Costa, también están ultimando todos los detalles para recibir de nuevo a los visitantes a partir de julio.

Los expertos confían en que el enoturismo sufra en menor medida el golpe de la crisis por sus características, ya que buena parte de las visitas se desarrollan en los viñedos, al aire libre, y en grupos reducidos. En la cooperativa Condes de Albarei -propietaria del pazo de Baión- esperan que esta previsión se cumpla, y de hecho señalan que están recibiendo un buen número de llamadas de personas interesadas en reservar una visita. "Creemos que al final la campaña será más positiva de lo que se pensaba", sostienen en la firma cambadesa.

Condes de Albarei estrenó ayer la temporada con 30 personas. El departamento de enoturismo los distribuyó en tres grupos -uno de ellos formado por 10 personas que viajaban juntas desde Gijón, y los otros compuestos por parejas que llegaron por su cuenta a Baión, procedentes de varios puntos de Galicia y de Castilla y León-, y organizó los recorridos de modo que ninguno de ellos se cruzase en el recorrido. Posteriormente, las catas se hicieron en tres espacios diferentes de la bodega, precisamente para reducir al máximo el contacto entre personas no convivientes.

La intención de Pazo Baión es que las degustaciones sean en diferentes espacios exteriores de la finca, acondicionados precisamente para ello, pero ayer no quedó más remedio que celebrarlas a cubierto debido a la lluvia.

Mar de Frades

Las instalaciones de Mar de Frades (Meis) abren a las visitas el miércoles próximo, 1 de julio. La dirección de la bodega potenciará los paseos por el viñedo, y la degustación de los caldos se hará siempre que se pueda en la terraza con vistas al valle y el mar, en detrimento de la sala de catas y la vinoteca. En cuanto a los grupos, serán de un máximo de 15 personas.

En Mar de Frades son optimistas, dado el volumen de llamadas solicitando información que ya han atendido. Eso sí, les gustaría que poco a poco el enoturismo fuese calando más como actividad de ocio entre el público gallego.

Lagar de Costa

En Lagar de Costa (Cambados) también disponen de un pequeño hotel propio, y sí cuentan con bastantes reservas en el mismo. Eso sí, en muchos casos se trata de peticiones de habitación muy volátiles. "Lo que hay este año son muchas cancelaciones. Las reservas vienen, se van... Pero es comprensible, lo entendemos", afirman.

La situación es peor en cuanto a las visitas de día, pues el volumen de peticiones ha caído en picado con respecto a otros años. Eso sí, en Lagar de Costa confían en que la situación todavía mejore en las próximas semanas, habida cuenta de que el turismo como tal acaba de empezar.

Paco y Lola

La cooperativa Paco y Lola (Meaño) ha pedido por su cuenta unos certificados independientes que avalen la seguridad sanitaria de la actividad. Confían en recibirlos a lo largo de la primera quincena de julio, con lo que reabrirían sus puertas a los turistas a partir de ese momento. También se están repensando los espacios para facilitar todavía más las distancias de seguridad.

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