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Revocan la custodia compartida a un padre por ser demasiado permisivo con su hijo

Los magistrados asumen las tesis de la madre y de un psicólogo, que hacían hincapié en las abismales diferencias en los métodos de crianza entre los dos progenitores

La abogada Dolores Salgueiro. // Iñaki Abella

La madre es estricta, y está pendiente de los estudios y de las actividades extraescolares de su hijo adolescente. Una de las normas que aplica en casa es que entre semana no se toca la consola. El padre, sin embargo, permite al chaval jugar al "Fortnite" siempre que lo tiene con él, y llegó a abrirle sendas cuentas de Instagram y Youtube, sin consultarlo con su antigua pareja.

La sección primera de la Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de dictar una sentencia jurídicamente relevante para el Derecho de Familia, ya que cuestiona el principio jurisprudencial establecido por el Tribunal Supremo en 2015, según el cual la custodia compartida debe ser siempre el punto de partida a la hora de establecer la guarda de los hijos de padres separados.

Para la abogada arousana Dolores Salgueiro, es probable que la custodia compartida sea la mejor tanto para el menor como para los padres en la mayoría de los casos, pero no en todos. Es más, está convencida de que en algunas ocasiones puede ser muy perjudicial para el hijo, de ahí que inste a los tribunales a aparcar los criterios preestablecidos y a analizar cada caso con lupa.

Salgueiro es la abogada de una madre que en 2019 solicitó que se modificasen las medidas de custodia del hijo, al ver con preocupación como su rendimiento académico empeoraba notablemente. Además, el niño empezó a mostrar señales de adicción a los videojuegos y tendencia a aislarse.

Para la mujer, las abismales diferencias entre sus métodos de crianza y los del padre eran una de las razones de la apatía del menor. Para ella, el progenitor era excesivamente permisivo con el hijo, y eso al final estaba perjudicándolo. Para complicar la situación todavía más, la comunicación entre los dos tutores era imposible, y jamás llegaban a acuerdo.

La Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de dar la razón a la madre, cuyos argumentos fueron avalados por el informe pericial de un psicólogo. Los magistrados asumen que la situación del adolescente empeoró desde que su custodia es compartida por los dos padres, y han acordado pasar la guarda y custodia a favor de la madre. El progenitor, por su parte, podrá tenerlo en casa un fin de semana de cada dos, un día entre el lunes y el viernes de cada semana, y la mitad de las vacaciones escolares.

Se separan en 2011

Todo empezó en 2011, cuando se separó la pareja. Inicialmente, en los Juzgados de Cambados se le otorgó la custodia a la madre, pero tiempo después el padre solicitó que esta fuese compartida, y se la concedieron en 2015, pese a la oposición de su expareja y del Ministerio Fiscal.

La madre no estaba conforme, al considerar que la forma de ser del padre y sus métodos de crianza no eran los mejores para el niño, y en 2019 solicitó la modificación de las medidas. Se apoyó en una serie de informes psicológicos emitidos entre 2016 y 2018 que arrojaban unas conclusiones demoledoras.

El chico, que para entonces ya era estudiante de Secundaria, había pasado de tener un buen expediente académico a cerrar dos trimestres con cinco y nueve suspensos, respectivamente. El psicólogo indicaba igualmente que el niño tenía tendencia a aislarse de los amigos, que el sistema de normas que se le había impuesto no funcionaba, y que el juego que tanto le gustaba, el "Fortnite", podía desencadenar problemas de ansiedad y emocionales. Tanto es así que el profesional manifestaba que el joven estaría mejor, "de concederse la guarda y custodia a la persona más estricta", es decir, a la madre.

Tras la valoración de la prueba, los magistrados de la Audiencia Provincial se decantaron por apoyar las tesis de esta última. Apelan, en primer lugar, "a las dificultades de los progenitores para llegar a acuerdos", para acto seguido enumerar algunos hechos que, bajo su punto de vista, probarían la "dejadez del padre".

Según los magistrados, el progenitor incumplía la obligación de llevar al menor a las actividades extraescolares y deportivas, y le consentía jugar todos los días, "durante amplios espacios de tiempo" con los videojuegos.

Otro aspecto relevante es que tanto el psicólogo como el tribunal preguntaron al adolescente cómo se sentía y qué pensaba él de la situación. Y el chico contestó que estaba bien con los dos padres, y que quería pasar tiempo con ambos. Pero tal y como se indica en la sentencia, también manifestó que "le gustaría cambiar", y que aunque está bien con su padre, "que juega mucho con él, preferiría vivir en casa de su madre, que le cuida más".

En las entrevistas, el propio menor propuso estar con el padre en fines de semana alternos y dos días de lunes a viernes, pero vivir en casa de la madre. Sin nombrarla explícitamente, estaba aludiendo a una custodia monoparental, que es la que finalmente acordó la Audiencia. Un régimen, en cualquier caso, que será revisado cada año por un equipo psicosocial.

Aparcar las rencillas

Dolores Salgueiro sostiene que, "la custodia compartida no vale para todas las parejas", y que lo que hay que hacer en los juzgados a la hora de establecer las tutelas es aparcar los conceptos preestablecidos, "y examinar cada caso concreto". La letrada considera que la guarda entre los dos padres sí funciona bien, "cuando hay entre ellos un gran entendimiento". "Si los padres son capaces de ver que lo principal es el menor y de aparcar sus rencillas personales, la custodia compartida puede ser un buen punto de partida. Pero si no están coordinados entre ellos, la custodia fracasará", argumenta la abogada con despacho en Dena (Meaño).

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