El comité provincial del PSdeG-PSOE se reunió ayer en Pontevedra con Alberto García García; 24 horas después de que los barones socialistas recibieran a los otros cuatro ediles de la formación en el Concello de Catoira.

Según ha trascendido, la cúpula socialista quiere recuperar la Alcaldía perdida en las pasadas elecciones, y por tal motivo insta a sus cinco representantes a ponerse de acuerdo para arropar a un candidato de la formación en la sesión de investidura a celebrar a principios de junio, inevitable para formar nuevo gobierno después de que el alcalde nacionalista Xoán Castaño presentara su dimisión como tal al verse acorralado por la moción de censura que habían preparado contra el BNG las agrupaciones locales del PSOE y el PP.

Lo que hizo Alberto García ayer fue recordar a los dirigentes de su partido que gobernó con y para el PSOE durante tres décadas, y que en las elecciones de mayo de 2019 volvió a ganar, aunque a pesar de ser la lista más votada, un pacto entre BNG y PP hizo que perdiera el bastón de mando.

En base a esos argumentos, y dado que fue él quien abanderó al partido y quien logró más de mil votos que dieron al PSdeG cinco actas de concejal, ayer reiteró ante el comité provincial que se debe a esos votantes, que él sigue siendo el jefe de filas y que no va a dimitir. Y esto es tanto como decir que se postulará como alcalde en la citada sesión de investidura.

A su vez, y aunque ya lo sabía, le comunicaron que también aspira a esa Alcaldía su compañero de filas Daniel Touriño Grela, que ocupaba el número 6 de la lista y no salió elegido en los comicios, aunque tomó posesión como concejal porque no quiso hacerlo una de las ediles electas.

Como se explicó desde la fallida moción de censura, para que Daniel Touriño sea el candidato en la investidura, tendrían que renunciar todos los que tiene delante en la lista, empezando por el propio García, y esto no va a suceder.

De ahí que el comité provincial los emplace a todos para una nueva reunión en la que se limen asperezas y acordar una postura de unidad, dado que cualquier otro posicionamiento no solo tendría consecuencias a nivel local, sino que podría perjudicar al PSdeG en plena campaña de las elecciones autonómicas.

En ese encuentro podrían participar los altos cargos del PSdeG-PSOE que el jueves pasado, apenas unos minutos antes de que se debatiera la moción de censura contra el nacionalista Xoán Castaño, negociaron telefónicamente con él desde una cafetería de Vilagarcía.

En aquella conversación instaron al líder del BNG a presentar su dimisión antes del pleno a cambio de garantizarle que tres de los ediles socialistas se retractarían y anularían la firma que habían estampado meses antes en el acuerdo de censura y el pacto con el PP.

De este modo, al torpedear la moción de censura que desde el principio había desautorizado, la cúpula socialista se evitaba el "bochorno" de impulsar una alianza con el PP justo antes de las autonómicas.

Por eso inmediatamente después de que Castaño presentara su dimisión manuscrita ante el secretario municipal -su intención era hacerlo días después, pero los barones socialistas le exigieron que lo hiciera antes del pleno de la moción de censura, para así evitar el mal trago-, tanto Daniel Touriño como los también concejales del PSOE Roberto Bouzón y Purificación Quintas se desmarcaron del pacto con el PP que habían negociado y avalado con su firma.

En definitiva, que el PSdeG-PSOE trata ahora de salvar los muebles, recomponerse, maquillar la división interna antes de las autonómicas y recobrar la Alcaldía del que históricamente fue uno de sus feudos.

Una Alcaldía que perdió, cabe reiterar, porque el BNG no dejó que gobernara como lista más votada, dejándose arropar los nacionalistas por el PP con el objetivo de desbancar a García. Lo lograron, aunque quizás solo por un año y a un precio que ahora están pagando.