Ya prácticamente no queda un rincón de la costa gallega en el que no se produjeran enfrentamientos entre percebeiros y bateeiros. Los primeros siguen empeñados en impedir que los segundos hagan un trabajo tan esencial como la recolección de la mejilla (cría de mejillón) que precisan para "encordar" sus viveros. Tras los altercados registrados en días pasados en A Coruña, Mera, Aguiño, A Guarda, Cangas y otros puntos del litoral atlántico, ayer se vivieron episodios similares en Muxía, donde las cofradías de pescadores volvieron a dejar patente su capacidad de organización para disuadir a los acuicultores.
Con la disculpa de que la semilla o cría de mejillón crece en las mismas rocas que el percebe, y alegando que al recolectar la primera especie se daña a la segunda, en los pósitos intensifican una presión que, en mayor o menor medida, se vive un año tras otro desde hace décadas, aunque esta vez la escalada de tensión parece no tener freno y las dos partes temen que, tarde o temprano, puedan producirse enfrentamientos físicos de gravedad.
Lo que se vio ayer en Muxía fueron las escenas de siempre, con los bateeiros intentando bajar a las rocas para coger cría y los percebeiros cortándoles el paso, increpándolos e incluso amenazándolos, tal y como consta en las diferentes denuncias presentadas por los mejilloneros, las últimas tramitadas en el cuartel de la Guardia Civil de Cambados.
"Incluso nos amenazaron físicamente con una piedra", explicaba desde Muxía un portavoz de los bateeiros, antes de insistir en que su sector convive con el de los percebeiros desde hace setenta años "y nunca hemos dañado su producto, porque no es lo que buscamos cuando vamos a las piedras".
Sin embargo, "lo que quieren las cofradías es que se impida nuestro trabajo para extraer ellas mismas la mejilla y después vendérnosla", explican los dirigentes mejilloneros. Los mismos productores que, cabe recordar, están legalmente autorizados a realizar dicha recolección.
"Estamos cansado de que nos presionen, amenacen e insulten por hacer nuestro trabajo", claman los acuicultores, de ahí que una vez más pidan a la Consellería do Mar que actúe con rotundidad y deje totalmente claro dónde y cuándo pueden trabajar.
Al referirse a lo sucedido ayer en Muxía, "cuando los percebeiros nos impidieron trabajar y nos obligaron a irnos, porque queríamos evitar el enfrentamiento directo", los bateeiros esgrimen que "estaban allí concentrados decenas de miembros de diferentes cofradías, e incluso algunos de los que el día anterior nos increpaban y amenazaban también en A Coruña".
Para "hacer negocio"
Esto demuestra, a su juicio, que "están organizados para boicotearnos, sin importarles que la ley nos ampare y animando a los socios de los pósitos a hacer negocio con nuestra mejilla".
Este nuevo episodio se produce mientras en las diferentes agrupaciones de bateeiros siguen trabajando en busca de un acuerdo "mediante el que frenar los graves altercados de los últimos días", dejando claro en todo momento que "las 3.000 familias que viven de forma directa del cultivo de mejillón están en una situación de inseguridad jurídica e física que es ya insostenible".
Es por ello que insisten en "la relevancia socioeconómica" de su sector y en que la extracción de cría "es un derecho y la base fundamental de nuestra actividad", tal y como reitera la Comisión do Mexillón, uno de los principales órganos de representación del sector.
