En esta época del año las ballenas empiezan a acercarse a la costa gallega, donde, si se mantiene la tendencia registrada en los últimos ejercicios, se dejarán ver hasta que llegue el otoño alimentándose en la plataforma continental, frente a las Rías Baixas.

Incluso puede que en esta ocasión en mayor cantidad, ya que la reducción de la navegación marítima, a causa del estado de alarma por el coronavirus, puede propiciar más si cabe su acercamiento.

Tanto es así que en los últimos días parece haberse avistado un ejemplar de ballena jorobada dentro de la ría de Arousa, lo cual, en caso de confirmarse, resultaría de lo más extraño y sorprendente.

El BDRI, en marcha

Es por ello que el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI) se puso manos a la obra, y dentro de las posibilidades que tiene en estos momentos, limitadas por el estado de confinamiento, intenta arrojar luz sobre tan importante hallazgo.

“Estamos pendientes del mar desde que se nos informó de la posible presencia de una ballena jorobada dentro de la ría de Arousa”, explica el doctor Bruno Díaz, director del BDRI. El mismo centro de estudios e investigación, dicho sea de paso, que el año pasado, “por estas mismas fechas”, tuvo la oportunidad de “avistar a esta especie que visita estacionalmente nuestras aguas, aunque sea poco usual dentro de las rías”.

Como ya detalló en ocasiones anteriores, la jorobada, la azul y otras ballenas avistadas en Galicia en los últimos años “vienen a alimentarse en zonas próximas de la costa debido a la presencia de una especie de crustáceo de la orden Euphausiacea (Meganyctiphanes norvegica) también conocido como krill del norte, que se concentra en determinadas zonas debido a los fenómenos de afloramiento costero y que se confirma como fuente principal de alimento de estas especies”.

Las amenazas

Como sucede con el rorcual común y el rorcual norteño, son animales “seriamente amenazados por el cambio climático”, tal y como detalla el BDRI en un informe científico presentado a nivel internacional del que ya se habló hace años.

En el mismo alude a “la modificación de sus rutas migratorias a causa de la disminución del alimento, el incremento de la temperatura del agua y la enorme presión pesquera, que podría causar un mayor impacto en la presencia de alimento para las ballenas y aumentar el riesgo de colisión de las embarcaciones con los cetáceos, que además pueden quedar atrapados en las redes de pesca”.

Volviendo a la supuesta presencia de una ballena jorobada dentro de la ría, puede recordarse que el BDRI también avistó un ejemplar de esta especie en otoño de 2017 a la altura de la isla de Sálvora.

16 metros y 36 toneladas

Ya entonces se destacó el importante avistamiento de ese individuo de Megaptera novaeangliae; una ballena también llamada yubarta o gubarte que en edad adulta puede alcanzar los 16 metros y un peso de 36 toneladas.

“Es una ballena muy popular, por aparecer en las películas rodadas en aguas de Hawaii, que no solo aprovecha su presencia en las Rías Baixas para alimentarse, sino también para dar sus característicos saltos fuera del agua”, indicaba entonces Bruno Díaz.