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Los bateeiros achacan el robo de mejilla a su escasez y a la reclusión domiciliaria

"Cada vez son más los desalmados que se dedican a robar", proclaman los bateeiros a raíz de la desaparición de más cuerdas y sacos de cría -La preocupación va en aumento

Recolección de mejilla en la costa de San Vicente de O Grove. // Iñaki Abella

Los bateeiros, que como se explicó tantas veces se juegan la vida en las rocas del litoral atlántico para recolectar mejilla, alertan ahora del robo de esa semilla de mejillón que precisan para encordar sus viveros y preparar la siguiente campaña.

Lo achacan tanto a la escasez de cría en el litoral como a la situación de confinamiento derivada de la pandemia del Covid-19, ya que si bien el sector dispone de permiso para desplazarse y afrontar esta recolección entre A Guarda y Fisterra, "algunos no quieren salir de casa y pasar un día tras otro fuera, trabajando duro para encontrar cría, sino que prefieren salir un momento de noche y robarla en las bateas o lo pantalanes".

Lo cierto es que, como se avanzaba el jueves, la impotencia es generalizada en el sector, sobre todo entre aquellos que sufren este tipo de ataques a su trabajo, ya que los robos se producen después del importante esfuerzo que realizan en la costa gallega para recoger la cría suficiente.

Ni que decir tiene que estos ataques suponen a los productores enormes perjuicios, traducidos en una pérdida de tiempo y dinero. Además de obligarlos a redoblar esfuerzos y condicionar el desarrollo del conjunto de la campaña.

Por si quedarse sin la mejilla después de haber pasado el trabajo de recogerla no fuera suficiente, los bateeiros que sufren los robos se ven obligarlos a salir de nuevo a la calle para recorrer San Vicente de O Grove, Corrubedo, Sálvora, O Pindo y otros puntos de la costa en busca de nueva semilla, con el riesgo añadido que esto supone en plena pandemia por el coronavirus Covid-19.

Lo cierto es que esta situación preocupa en todas las rías gallegas, aunque en los últimos días fueron bateeiros de A Illa de Arousa quienes denunciaron que esta misma semana alguien les robó sacos llenos de cría preparada para ser encordada.

"Lo que sucede es que algunos desalmados no respetan nada ni a nadie, y ahora que hay poca cría en las rocas y que nos arriesgamos cada vez que salimos de casa, son cada vez más los que se dedican a robar a los demás", sostienen miembros del sector bateeiro arousano.

Parece que el citado de A Illa no es el único caso. Como tampoco es la primera vez que esto sucede, registrándose con anterioridad el robo tanto de "trallas" de sacos de cría -almacenados en el agua a la espera del proceso de encordado-, como de cuerdas ya elaboradas de mejilla e incluso otras con molusco de talla comercial, listo para salir al mercado.

De ahí la preocupación mostrada nuevamente por el sector, que estos días no solo se encuentra inmerso en una campaña de recolección de cría que está ahora en pleno apogeo, sino que también se ve obligado a desarrollar una especial vigilancia en las diferentes rías para intentar evitar nuevos robos y sabotajes en los viveros flotantes.

Cabe recordar que hace años algunos bateeiros decidieron habilitar un servicio de vigilancia privada en rías como la de Arousa, precisamente para evitar este tipo de ataques a sus concesiones.

Aunque no es fácil evitarlos y controlar la situación en una ría como esta, con 26 kilómetros de largo y una superficie de 230 kilómetros cuadrados en la que están fondeadas unas 2.300 bateas.

De ahí que no dejen de producirse los ataques una campaña tras otra. El año pasado, sin ir más lejos, fueron denunciados numerosos e importantes robos y sabotajes tanto de cuerdas de mejillón de talla comercial como de cuerdas, sacos de cría y maquinaria.

La Organización de Productores de Mejillón de Galicia (Opmega) era una de las entidades que alertaban de ello en febrero de 2019, en aquella ocasión tras el robo de un centenar de cuerdas de cría en bateas de Vilaxoán (Vilagarcía) que ya habían sido atacadas por los ladrones unos meses antes.

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