Los datos del paro registrado en la comarca de O Salnés ponen en evidencia la fragilidad del empleo en esta zona que en el mes de marzo ha contabilizado 486 desempleados más, a pesar de que en el cómputo aún no están reflejados la mayor parte de los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) autorizados como consecuencia de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19. Esta comarca es la tercera de Galicia en aumento de los demandantes de puestos de trabajo, solo superada por las grandes áreas de Vigo y A Coruña.

El sector servicios, en el que están incluidos comercio y hostelería, con un gran porcentaje de contratos temporales, es el que más gente ha enviado al paro, por lo que acabó el mes en la comarca con 6.161 aspirantes a un puesto de trabajo, 370 más que el mes anterior.

Pero han subido todos los sectores ya que en la construcción hay 683 desempleados, 50 más que en el mes anterior, en la industria son 1.133 (38 más que en febrero) y en agricultura y pesca suman 426 (22 más). Con este panorama hay 6 personas más que no acreditan empleo anterior, por lo que buscan su primera oportunidad laboral 482 personas.

El responsable comarcal del sindicato CIG, Xoán Xosé Bouzas, advierte sobre la precariedad del empleo en O Salnés y señala que los datos oficiales del paro aún no reflejan la mayoría de los ERTE que se comenzaron a tramitar como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus, que obligó al cierre de actividad de muchos establecimientos. En consecuencia, advierte de que los datos del paro de abril serán aún peores.

Es que las estadísticas del número de parados retrotraen a la comarca a los años de la explosión de la última crisis económica, aproximándose a los nueve mil y pico de parados de marzo de 2009.

El dirigente de la Confederación Intersindical Galega señala que el paro no solo subió en el sector servicios, tras decretarse el cierre de establecimientos hosteleros y de comercios no esenciales, sino que afectó también a la industria y a la construcción aún cuando en estos sectores no se había restringido la actividad laboral.

Xoán Xosé Bouzas entiende que la mayor parte de los despidos o rescisiones de contratos formalizados en la comarca en la segunda quincena del pasado mes pudieron llevarse a cabo en fraude de ley, ya que el Gobierno del Estado ha prohibido.

El problema es que la mayor parte de los trabajadores deciden no denunciar para reclamar sus derechos, ante el temor de no volver a ser contratados. A pesar de ello, el sindicato CIG ya ha presentado varias denuncias por despidos nulos o improcedentes. El ejemplo más llamativo, según expuso Bouzas, se da en la construcción donde se cancelaron contratos por obra, cuando la edificación en la que estaban trabajando aún no ha finalizado.

Estos trabajadores que quedaron sin empleo por rescisiones de contrato gastarán el paro, si lo tienen, en tanto que los que se van a sus casas como consecuencia de los ERTE derivados del Covid-19 percibirán prestación por desempleo, tengan o no derecho a ella, sin restar el cupo que corresponde a cada uno.

Por municipios, es Vilagarcía con 3.450 parados (+158) el que más destrucción de empleo registró en marzo. Le siguen Sanxenxo con 84 desempleados más, y ya suma 1.220 aspirantes a un empleo, Cambados con 69 nuevos casos y ya suma 1.093 personas que buscan trabajo. En cuarto lugar está Vilanova con 55 parados más y son 790, en tanto que O Grove suma 37 nuevos desempleados y tiene 966 en total.