La planta superior de una nave avícola de Cabeza de Boi, en el municipio de Meis, quedó ayer totalmente calcinada por un incendio que también se llevó por delante entre 10.000 y 12.000 aves que se encontraban en su interior. Los hechos ocurrieron sobre las 4.30 horas, cuando un vecino alertó al 112 de lo que estaba ocurriendo. El teléfono de emergencia movilizó de forma inmediata a los Bombeiros de O Salnés, que acudieron al lugar con todo el dispositivo ante la magnitud del fuego declarado.

Al llegar al lugar donde se encuentra la nave se encontraron con un edificio en el que el piso superior estaba totalmente en llamas, por lo que se centraron en salvar la zona inferior, donde se guarecían otros 8.000 pollos.Durante tres horas trataron de frenar el avance de las llamas, controlarlas y evitar que el edificio sufriese daños estructurales graves que pudiesen provocar que la parte superior se viniese abajo. Esas tareas no resultaron precisamente sencillas, pero acabaron consiguiéndolo.

Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil y efectivos de Bombeiros de O Salnés regresaron por la mañana al lugar para recoger datos sobre el origen del incendio, aunque todo apunta a que pudo haber sido provocado por un fallo en la red eléctrica del edificio.

El serrín y los excrementos generados por los 12.000 pollos que se agolpaban en la parte afectada por las llamas provocaron que el fuego se extendiese con una rapidez inusitada, devorando toda la parte superior del inmueble. Los propietarios de la granja avícola también se afanaban ayer en reparar los elementos de ventilación y alimentación de la planta baja para garantizar la supervivencia de los 8.000 pollos que consiguieron salvar de la quema los bomberos. Además, también trataban de cuantificar las pérdidas que ha podido causar el incendio, unas pérdidas que se estiman cuantiosas.

La alcaldesa de Meis, Marta Giráldez, se puso ayer en contacto con los propietarios para prestarles su apoyo y lamentaba que haya ocurrido un suceso como este, que ha provocado que una familia de este municipio haya perdido gran parte de su sustento". La granja avícola lleva años asentada en Cabeza de Boi y nunca antes había registrado un incidente similar al ocurrido esta madrugada.

No es la primera vez que un incendio calcina unas instalaciones similares, provocando daños muy importantes debido a que los materiales que se emplean y los excrementos de las aves se convierten en el combustible que necesita el fuego para avanzar de forma desaforada.