Puestos a analizar las complicaciones con las que se encuentra el sector, los empresarios alegan que "la siempre completa misión de llevar a los mercados productos perecederos como los bivalvos es ahora casi imposible, pues el transporte resulta cada vez más escaso y caro, al tiempo que sufre, en el caso de las rutas internacionales, el cierre de fronteras en destinos tan importantes como Italia". Y todo ello da forma a "una crisis que no nos afecta solo a los depuradores y transformadores (cocederos) de moluscos, sino también a los miles de profesionales dedicados a extraer el molusco y a infinidad de empresas auxiliares.