En el hotel La Noyesa, de O Grove, no tienen clientes desde el día 15, "y es lo mejor que nos pudo haber pasado, ya que nos evitamos tener que desalojar a nadie e incluso situaciones más complicadas", explican.

Se refieren a que, "en caso de que alguien se contagiara estando en nuestro hotel, tendríamos que haberlo cerrado y soportar todos aquí la cuarentena, sin dejar entrar ni salir a nadie, y eso sería terrible, por eso es mejor que nos diera tiempo a cerrar antes de que fuera demasiado tarde".

Es por ello que los responsables del establecimiento dicen entender la orden ministerial que decreta el cierre de los alojamientos, sobre todo porque "no tiene sentido seguir con las puertas abiertas cuando las reservas que había se cancelaron y ya no hay clientes que viajen".

En este negocio, en la céntrica Praza de Arriba, detallan que muchos de los turistas que iban a alojarse en Semana Santa u otras fechas próximas "han decidido aplazar su estancia para septiembre, aunque tanto ellos como nosotros tenemos muchas dudas y no sabemos qué puede pasar".

En este hotel indican, como en tantos otros, que en estos días de reclusión afrontan algunas labores de mantenimiento, "pero básicamente lo que hacemos es aburrirnos y desear que todo esto acabe cuanto antes".