Antonio Resines (Torrelavega, Cantabria, 1954) es uno de los grandes actores del cine y la televisión españolas de las últimas cuatro décadas. Anoche estuvo en Vilagarcía para participar en la proyección de su película más reciente, "Historias de nuestro cine". El acto, celebrado en el Auditorio, fue convocado por la asociación GaliciAME con motivo del Día Internacional de las Enfermedades Raras.
-¿Por qué es necesario organizar actos con motivo del Día de las Enfermedades Raras?
-Porque no están suficientemente investigadas. Ha habido mejorías, pero es que en España hay tres millones de personas que sufren alguna de estas enfermedades. Son el 7 por ciento de la población. Y son enfermedades muy cabronas. Así que hace falta investigación, investigación, investigación... y medios. Lo que no hace el Estado, y entiendo que el Estado no puede llegar a todo, lo tiene que hacer la sociedad civil, con la ayuda del Estado.
-¿Tienen los políticos españoles sensibilidad suficiente hacia las patologías poco frecuentes?
-En absoluto, ni ellos ni nosotros, la sociedad. Al final, los políticos son un reflejo nuestro, porque les votamos. No somos conscientes de la existencia de estas enfermedades hasta que una nos toca cerca. Entonces, empezamos a comportarnos de un modo distinto.
-En "Historias de nuestro cine" figura como director y guionista. ¿Cómo se lo pasa mejor, delante o detrás de las cámaras?
-Delante, delante. Detrás estaba Ana Pérez-Lorente, mi mujer, que es también quien ha estado en el montaje. Lo que queríamos con esta película era tener una referencia, una memoria de lo que es el cine español. Pero no queríamos hacer nada sesudo ni académico, así que llamamos a amigos, que son primeros espadas del cine español, actores, directores, guionistas, para contar la evolución de nuestro cine a través de sus anécdotas. Ahora vamos a seguir con una serie para Televisión Española, con la misma estructura, entrevistando a toda la gente que creemos que es importante para el cine español.
-¿Se puede hablar también de cine gallego, catalán o vasco?
-Mientras no se demuestre lo contrario, esto sigue siendo un país. Evidentemente, hay particularidades, pero tampoco nadie dice si existe el cine de Madrid. Y casi todo el cine se hace en Madrid. En Cataluña también, pero también en Gran Canaria. Nuestro cine es el cine español.
-¿Tiene nuestra cinematografía algún rasgo singular que la diferencie de la de otros países?
-No, en el fondo lo que hay es cine bueno, cine malo y cine regular. Aunque sí es cierto que el cine de cada país tiene sus características, puesto que refleja lo que pasa en ese país. Hay una frase, que no es mía, pero que la digo en la película, que es que el cine bueno y el malo son la historia de un país.
-¿Existe autoodio de los espectadores españoles hacia el cine propio? ¿Somos más críticos que con las películas extranjeras?
-No. Lo que sí hay es gente que dice que un periódico determinado es una mierda porque es de tal tendencia ideológica, y resulta que ni siquiera lo ha leído. Lo mismo pasa con el cine. Hay gente que no va al cine y que critica el cine español por ideología. Siempre hay gente a la que le molesta. Si me va a preguntar por la Guerra Civil ya me adelanto, y le doy un dato. En 20 años se han hecho 30 películas sobre la Guerra Civil, es decir, no llegan al dos por ciento de todas las que se hacen en España. Ese autoodio solo se da en una parte del público. El cine español siempre ha estado en torno al 20 por ciento de audiencia con respecto al resto de cinematografías.
-¿A qué autores habrá que seguir en los próximos años?
-Urbizu, Álex de la Iglesia, Amenábar, Almodóvar... todos ellos son muy buenos. Yo creo que el mejor director de cine que tiene este país es Fernando Trueba, pero su hijo y su hermano también lo son. Hay gente estupenda que está saliendo. He hecho una película que sale ahora en Málaga, "Orígenes secretos", de David Galán Galindo, que es un chaval de treinta y pocos años, y que tiene un mundo propio estupendo. Hay futuro.
