El madrugador episodio tóxico primaveral, que desde principios de mes está condicionando la extracción de mejillón en Galicia, mantiene cerrados, a estas alturas, seis de cada diez polígonos bateeiros de las Rías Baixas.

Son 31 los que se ven afectados por la prohibición de recolectar molusco, por lo que únicamente queda una veintena disponible.

Así se desprende del informe emitido en la tarde de ayer por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), con sede en Vilaxoán (Vilagarcía). Los resultados obtenidos en ese laboratorio tras analizar las últimas muestras tomadas provocaron la prohibición de extracción de mejillón en los viveros flotantes del polígono Noia A, confirmándose de este modo la clausura de los cuatro existentes en la ría de Muros-Noia.

Esto quiere decir que absolutamente todas sus bateas (122) estaban en ese momento inoperativas, como lo estaban todas las fondeadas en la ría de Pontevedra (343), ya que sus ocho polígonos estaban a media tarde de ayer igualmente clausurados -temporalmente- debido a los altos niveles de células tóxicas detectados.

Desde el mismo laboratorio, dirigido por Covadonga Salgado, también confirmaban ayer que continuaba cerrada la mayor parte de las bateas existentes en la ría de Vigo, que dispone de casi medio millar de viveros.

Esto se debe a que el cierre afecta a nueve de sus doce polígonos, de tal modo que únicamente se puede extraer mejillón en los Redondela B, Redondela C y Redondela E.

La erróneamente denominada "marea roja" afecta, de igual modo, a la quincena de bateas fondeadas en Baiona y a nueve polígonos arousanos, como son los cinco de O Grove, los Cambados C -Norte y Sur-, el Ribeira B y el Ribeira C.

Eso es tanto como decir que en Arousa (2.318 bateas) es donde se sitúa el mayor número de parques de cultivo flotantes a disposición del sector ahora mismo, ya que aún dispone de una quincena de polígonos operativos.

Lejos ya de las Rías Baixas, hay que decir que los dos polígonos de Sada, en la ría Ares-Betanzos, están aún exentos de toxicidad, por lo que es posible extraer mejillón en todas sus bateas (un centenar).

Por otra parte, puede indicarse que las biotoxinas obligaron a cerrar dos zonas de infaunales -bivalvos que viven enterrados en el substrato- de la ría de Muros. En una de ellas, no obstante, aún se permite la extracción de navaja y longueirón.