La inspección que la Consellería de Sanidade realizó hace unos días en la nave que la Fundación Amigos de Galicia tiene en la avenida López Ballesteros (junto a las estaciones de tren y autobús) se produjo a raíz de la denuncia presentada por dos mujeres que estaban realizando trabajos en beneficio de la comunidad (TBC) en la entidad.

El director general de la ONG, Jesús Busto, adelantó ayer que no continuarán participando en este tipo de programas.

En relación al alcance de la ayuda que proporciona Amigos de Galicia las personas en riesgo de exclusión social, Busto ejemplificó que una familia de Vilagarcía recibió cerca de 40.000 euros y otra 33.000 en distintos conceptos: alimentos, pago de facturas, etc.

Pese a tener que modificar el operativo de distribución de alimentos, la Fundación continuará manteniendo otro tipo de programas, como los centrados en la atención de las personas mayores, la infancia y las víctimas de violencia de género, colectivos prioritarios en su día a día. También los planes de empleo seguirán intactos.

"Nuestra intención siempre ha sido la de llegar ante la gran demanda que tenemos al mayor número de personas posible, y nuestra buena voluntad nos ha llevado a crecer en demasía sin contar con los medios oportunos", concluyó el director general de la entidad.