La Fundación Amigos de Galicia distribuyó el año pasado más de un millón de kilos de alimentos entre 37.456 personas sin recursos, de las cuales 13.480 eran menores de edad. Pero a partir de ahora la ayuda de esta entidad social no podrá llegar a tanta gente, ya que la reciente inspección sanitaria que le impide manipular productos perecederos en su nave de Vilagarcía (en la avenida López Ballesteros) conllevará recortes en la atención, tal y como reconoció ayer el director general de la ONG, Jesús Busto.

Y es que las donaciones de alimentos frescos que Amigos de Galicia recibía por parte de las empresas y después repartía entre las personas necesitadas ya no puede recepcionarlas en sus instalaciones, por lo que la entidad ha decidido recurrir a tarjetas de crédito válidas en determinados supermercados (en principio se gestionará con dos cadenas) para la entrega de alimentos perecederos. Por tanto el número de beneficiarios se reducirá considerablemente, puesto que con este sistema será complicado llegar a los municipios más pequeños. Con todo, Amigos de Galicia lo intentará, aunque lleve más tiempo.

Busto deja claro que la nave de López Ballesteros "no reúne las condiciones adecuadas y al tratarse de una nave abierta hay heces de roedores". Por ello está de acuerdo con la decisión de la Consellería de Sanidade, que prohibe la manipulación y distribución de alimentos frescos desde esas instalaciones. "Tampoco nos autoriza el etiquetado", añade. Así las cosas, a partir de ahora la nave de Vilagarcía se dedicará a almacenaje de muebles y tapones. "Ya teníamos previsto reorganizar para el año el tema de los alimentos perecederos; y lo que hemos hecho ahora ha sido adelantarlo", agrega.

Judías y melocotones de 2015

El director de Amigos de Galicia también quiso aclarar las dudas con respecto a la investigación iniciada por la Fiscalía sobre la posibilidad de que la entidad hubiese repartido productos caducados: "Nunca se entregaron ni se entregan productos alimenticios caducados. Es cierto que recibimos grandes cantidades de alimentos donados por empresas con una fecha de consumo preferente corta -especialmente leche y yogures- y la entidad siempre ha informado a las personas usuarias de esta corta fecha de consumo, siendo voluntad de las personas recogerlo o no. Cabe destacar también que la entidad ha trabajado siempre en colaboración con los Servicios Sociales de los ayuntamientos y todos los productos alimenticios entregados eran revisados y supervisados por ellos, que eran quieres entregaban los productos".

Jesús Busto garantiza que la Fundación "siempre actuó y actúa de buena fe, siendo conscientes de la aportación que estamos realizando a las personas en riesgo de exclusión social de Galicia, y en 25 años que llevamos trabajando en este programa nunca tuvimos ningún problema de intoxicaciones".

Considera que la investigación del Ministerio Público está motivada por una partida de alimentos caducada que fue recibida en el año 2015 y que está compuesta por melocotón, judía y tomate. Son productos que están en San Cibrao das Viñas y que ya estaban almacenados "para su destrucción". "Nunca con la intención de ser entregados", asegura el representante de Amigos de Galicia. "Es una partida muy abundante que por motivos de restricción en las entregas no se le pudo dar salida, así como de donaciones que por su corta caducidad tampoco pudieron ser entregadas en fecha", explica.

Con respecto a la posible propuesta sanción de Sanidade, Amigos de Galicia desconoce la cuantía.