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Escepticismo sobre el resultado de la marcha por la sanidad

Cacabelos cree que el centro de salud de O Grove no se va a renovar -La falta de médicos y pediatras, la mayor preocupación

Cacabelos, en la manifestación en Santiago. // Muñiz

Escepticismo es quizás el término que mejor define el estado de ánimo de los promotores arousanos de la multitudinaria manifestación celebrada este domingo en Santiago de Compostela para reclamar una sanidad digna en Galicia.

El alcalde de O Grove, José Antonio Cacabelos fue de los primeros en expresar sus dudas sobre los resultados de la movilización y recordó que llevan más de un año reclamando un nuevo centro de salud sin éxito.

El regidor local es uno de los que han fletado autocares para participar en la marcha por la capital gallego. Estima que fueron un millar los grovenses que recorrieron el centro de la ciudad con el objetivo de reclamar más médicos, mejores servicios y nuevas instalaciones sanitarias.

En concreto O Grove alquilço cuatro autocares que se han llenado para acudir a la manifestación, "pero otras muchas personas acudieron en sus vehículos particulares para hacer el recorrido reivindicativo", explicó el regidor.

Como O Grove, la mayor parte de las localidades de O Salnés contrataron servicios de autocar para facilitar el traslado de los manifestantes a Compostela, desde Vilagarcía a Cambados, A Illa de Arousa o incluso Ribadumia, todos ellos con graves carencias en materia de sanidad.

Incluso Vilanova de Arousa, gobernado por el Partido Popular, expresó sus quejas públicas por el funcionamiento de la sanidad, en este caso como consecuencia de las deficiencias que desde hace años presente el ambulatorio, con filtraciones y por tanto humedades que nunca han sido corregidas del todo.

Pero la principal queja de los usuarios de la sanidad gallega pasa este año por la falta de médicos en todos los centros, con relevos intempestivos y contratos de última hora para evitar el cierre de algunos centros de salud.

Uno de los ambulatorios que ha sufrido más esta disfunción es el de Vilagarcía de Arousa, que en ocasiones tuvo que suplir la falta de facultativos con soluciones poco acertadas que obligaron a los pacientes a hacer largas esperas para ser atendidos.

Pasó sobre todo en verano cuando la población flotante es mayor pero el personal se reduce de forma muy considerable debido a los turnos de vacaciones que dejan muy mermada la plantilla.

Cambados o A Illa de Arousa también sufrieron este inconveniente en varias ocasiones. Este pasado verano, los sindicatos denunciaron que el PAC de la villa del albariño quedó sin médicos porque el que estaba de guardia tuvo que asistir a una urgencia durante más de hora y media para atender a una persona que sufrió un infarto.

Pocos días después pasó otro tanto de lo mismo en el de A Illa de Arousa por lo que se crispó el ánimo de los pacientes, que denunciaron tales disfunciones en el centro de salud.

A mayores, el conflicto con los pediatras, una especialidad con nula oferta y por ello se convirtió en el principal escollo al que se enfrentó Feijóo cuando decidió cerrar el paritorio de Verín (Ourense) una presión ciudadana que obligó a buscar debajo de las piedras profesionales que atiendan a los recién nacidos para reabrir la instalación este mismo mes de febrero.

Aunque de menor entidad, la falta de pediatras también fue unade las mayores carencias de los centros sanitarios de O Salnés, pues obligó a ofrecer servicios compartidos a distintos ayuntamientos de la comarca de O Salnés.

Uno de los municipios afectados en este sentido fue el de Meis que recurrió este verano a profesionales de Ribadumia. La otra propuesta era la de llevar a los niños con cualquier patología hasta Pôntevedra.

La única nota positiva en materia de sanidad se produjo en el último trimestre de 2019 cuando la Consellería de Sanidade destinó el equipo de la ambulancia medicalizada al Hospital do Salnés, uno de los servicios más demandados.

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