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Análisis demográfico por parroquias

Solo Carril, Vilaxoán, Sobradelo, A Torre, As Bocas y A Laxe ganan población en Vilagarcía

El municipio perdió 63 vecinos en 2019 tras dos años de incremento - En 2010 rozó los 38.000 habitantes y en la actualidad contabiliza 37.456 - El centro frena su crecimiento y el rural acentúa su caída demográfica

Vilaxoán ha invertido su tendencia a la baja y el año pasado incrementó ligeramente su censo demográfico. // Iñaki Abella

El último padrón municipal revela que Vilagarcía perdió población en 2019 tras dos años consecutivos de incremento, pasando de 37.519 habitantes en 2018 a 37.456 en la actualidad. Pero, ¿a qué zonas de la ciudad ha afectado la caída demográfica? La realidad es que a casi todas, tanto en el centro urbano como en el rural. Según los datos publicados ayer por el Instituto Galego de Estadística (IGE), las únicas parroquias que han experimentado un -leve- crecimiento con respecto al año anterior son Carril (centro), Sobrán (tanto Vilaxoán como San Martiño de Fóra) y los barrios más próximos al casco urbano de Vilagarcía, como A Torre, As Bocas o A Laxe, integrados en Santa Eulalia de Arealonga, aunque estos incrementos no logran compensar la caída generalizada en el resto del municipio.

No obstante, analizando las aldeas que en su conjunto pierden vecinos, se observan crecimientos poblacionales puntuales en determinados núcleos como A Dona (Bamio), con 100 vecinos; Os Martices (Cea), con 63; Cornazo de Abaixo (Cornazo), con 207; Revelle (Cornazo), con 109; A Bouza (Rubiáns), con 98; Rubiáns de Arriba (Rubiáns), con 102; y A Caldihuela (Carril), con 148.

Con respecto a las zonas que han ganado residentes, destaca A Torre, con un aumento de su censo de 24 habitantes, alcanzando los 529. El incremento en As Bocas (+4) o en A Laxe (+6) es más tímido, mientras que Trabanca Badiña se mantiene en 892 vecinos y Pereira pierde dos habitantes (de 79 a 77).

Esto en lo que respecta a la periferia de la parroquia de Santa Eulalia de Arealonga, la más poblada de Galicia. Con respecto al centro de la ciudad propiamente dicho, la situación es distinta, ya que el crecimiento registrado en los últimos años (4.600 habitantes más en un periodo de dos décadas) se ha estancado en 19.742 vecinos, dieciséis menos que en 2018. Cierto es que los desorbitados precios de los alquileres (es complicado encontrar un piso decente por menos de 450 euros mensuales) y la escasa oferta inmobiliaria dificultan mudarse al corazón urbano.

Los datos del IGE demuestran que los ciudadanos continúan prefiriendo instalarse en la fachada marítima de la capital arousana. De hecho los otros dos grandes núcleos urbanos del municipio (además del centro en sí), como son Carril y Vilaxoán, ganaron población en 2019.

En el caso de la localidad carrilexa, se trata de un crecimiento progresivo en las últimas décadas, puesto que en 1999 vivían en esta parroquia del norte vilagarciano 1.498 personas frente a las 1.817 contabilizadas actualmente. Con respecto al ejercicio anterior, el crecimiento se cifra en trece residentes.

La evolución de Vilaxoán ha sido distinta, ya que su censo ha ido adelgazando con el paso del tiempo. Prueba de ello es que en 1999 residían en San Martiño de Sobrán 1.451 vecinos, en 2009 un total de 1.443 y en 2019, 1.312. No obstante en comparación con 2018 el padrón aumenta de forma ligera, concretamente en ocho vecinos, lo que evidencia un cambio de tendencia.

También se observa una evolución positiva en San Martiño de Fóra, en lugares como Faxilde (483 vecinos), A Lagoa (149), Renza (176), Santa Mariña (51), Santo Antonio e Combe (90) y O Rial (160). Los demás núcleos poblacionales de San Martiño de Fóra sufrieron un descenso demográfico (Aralde, Canto, Galáns, O Piñeiro y A Praga; Eiviño se mantiene).

Con respecto a San Salvador de Sobradelo, parroquia en la que se incluye el populoso barrio de As Pistas (O Piñeiriño), pasó de 3.377 habitantes en 2018 a 3.390 en la actualidad. El aumento poblacional se ciñe a A Rosaleda (de 620 a 645 vecinos) y A Xesteira (de 53 a 64), puesto que Sobradelo, Vilaboa y Miramar sufrieron una bajada de sus respectivos padrones.

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