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San Blas reparte pan en Meaño y Cambados

Meis y Valga también honran al santo, abogado contra los males de la garganta

Entre los fieles, los de un autobús de los viajes del Imserso que trasladaba a Simes a los excursionistas para hacer escala reglada para la ocasión para el San Blas. Por otra parte, dado que los eventos se circunscribían a las inmediaciones del templo, se consideró innecesaria que la Policía Local asumiera labores de seguridad en la PO-303 a su paso por Simes. Una afluencia a la que contribuyó también este año el factor de que ayer era festivo local en Meaño, al ser declarado para este 2020, toda vez que el San Benito de verano coincide en fin de semana.

La novedad de esta edición ha sido la iniciativa de la parroquia, que encontraba buena acogida en su puesto habilitado en la plaza, por la que se dispensaba café y chocolate caliente desde primera hora, junto con tapas de callos y vinos al mediodía, todo ello aderezado con roscón. Una parte lúdica que tomaba protagonismo de nuevo tras la misa de 19 horas, que era la última de la jornada, ofreciendo en la propia plaza una sesión discoteca, amenizada por el discjockey Paco Vulcano y que estaba prevista se prolongase hasta el filo de la medianoche. Un puesto desde el que la parroquia dispensó, a lo largo de la jornada, ocho kilos de roscón y catorce de callos, que se cocinaban en las propias casas de Simes para aportar a la causa.

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San Blas reparte pan en Meaño y Cambados

Por su parte las misas rezadas se sucedieron a cada hora a partir de 9 de la mañana, hasta que a las 13 se ofició la solemne, cantada por el coro parroquial San Miguel de Lores, y que estuvo seguida de la procesión a la que ponía la nota musical un grupo de gaitas. Las misas se repitieron luego por la tarde en horario de 17, 18 y 19 horas. Y al término de cada misa, siguiendo la tradición que recuperaba hace cuatro años el nuevo párroco, Juan Ventura, se repartía el millar de panes sanadores, dispuesto a pie del santo, mientras los devotos se afanaban en dejar sus dádivas, pasar su pañuelo por el manto del santo y llevarse la estampilla de rigor en mano.

La otra tradición que se mantenía era el dar a besar la reliquia del santo al término de cada misa. La retomó el propio Ventura en 2014 al recuperar y quitarle lustre al viejo relicario, que él mismo halló olvidado en una cómoda de la rectoral, y que contiene en su interior un minúsculo hueso atribuido al santo Blas, junto con un documento con el sello de autentificación emitido por Roma y datado en el año 1918.

La festividad de San Blas la anticipaba la parroquia el domingo, como antesala, con la celebración de la Virgen de la Candelaria, que se ha convertido ya en jornada de encuentro parroquial. Fue en 2012 que se gestó la asociación de la Candelaria, por la que cada familia adscrita aporta una cuota 20 euros al año, y con ese dinero la entidad se compromete a mantener el templo en condiciones y disponer las flores a lo largo del curso. Como gesto organiza además una comida anual de confraternidad, y que congregaba este pasado domingo a 85 feligreses de la parroquia en el restaurante "Encarna" en Noalla.

En Cambados, la misa con el reparto de panes se hizo por la mañana en la capilla de la calle Hospital, y por la tarde tuvo lugar la Eucaristía cantada. En la parroquia del centro cambadés la procesión por San Blas sale durante la tarde de la Candelaria. También festejan a San Blas en Valga y en San Martiño de Meis. En esta parroquia, la comisión de fiestas reunió el domingo a 180 vecinos en una comida.

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