Hace unos días, con motivo de la festividad de San Paio, los valgueses acompañaron a los santos hasta la capilla de Vilar. Y hoy, día de la Candelaria, regresan a la iglesia de Cordeiro, como marca la tradición acompañados de una gran cantidad de vecinos cargados con cestas que portan imponentes lacones.

Es la fiesta que recuerda que en el siglo XIX se padeció una epidemia de la peste que amenazaba con exterminar el ganado de los vecinos de Valga, por lo que decidieron hacer ofrendas a los santos. Eso es lo que se rememora con la procesión de hoy por lugares como Vilarello, Moldes, As Eiras, Outeiro, Ferreirós y Beiro, la cual se completa con la también tradicional subasta de los lacones que portan las mujeres sobre sus cabezas y van recogiendo a medida que avanza el recorrido. El año pasado se reunieron 325 euros para la parroquia con la venta de esas patas de cerdo.