Aunque ya se explicó en otras ocasiones, no está de más recordar que para "raspar" las rocas y extraer la semilla que precisan los bateeiros acceden desde tierra firme o desde el mar, con ayuda de lanchas. La cría recogida se introduce en capazos o sacos de malla que son trasladados en las lanchas o los remolques de los vehículos desplazados por tierra. Ya en los barcos auxiliares de acuicultura, la mejilla se sujeta a las cuerdas a través de la máquina encordadora, para lo cual se emplea una fina red biodegradable que la ampara hasta que crece lo suficiente para agarrarse por sí misma, con ayuda del viso.

Unos meses después del encordado se realiza el "desdoble", que consiste en deshacer esas cuerdas de cría para repartir el peso de cada una de ellas en dos o tres cuerdas diferentes que regresan al agua hasta que el mejillón alcanza la talla comercial.