Su abuelo trabajó toda la vida en el mar y su madre también (desde los 9 años y todavía continúa en activo). Por tanto Pilar Ferreirós Caamaño está familiarizada con el sector desde niña, pero no entró a formar parte de él como trabajadora hasta este mes de noviembre, cuando se estrenó en la agrupación de marisqueo a pie de Carril. "Yo iba con el rastrillo y sabía clasificar la almeja, pero la gancha nunca la había utilizado hasta ahora", comenta esta carrilexa perteneciente a una familia de parquistas.

Aunque tiene bochas en las manos de estos primeros días trabajando, está muy contenta con el paso que ha dado. "Siempre estuve en la hostelería y no tenía vida. Además tengo 44 años y a los 50 no iba a estar detrás de una barra porque cogen a chicas más jóvenes", relata la mariscadora.

Su marido y sus amigas también son mariscadores, y fueron ellos los que la animaron a presentarse a los nuevos Permex. "Aunque ahora al principio tengo las manos reventadas, este trabajo se lleva bien, hay buen compañerismo y son unas horas limitadas; tienes el resto del día para hacer otras cosas y te puedes organizar, tengo una hija de 13 años". Además, "no tienes un jefe detrás que te esté agobiando", destaca Pilar, que también valora el calendario que a principios de mes le permite saber los días que va a trabajar o tener vigilancia.