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Las capturas se desplomaron a la mitad en una década

La vieira no se siembra, como sucede por ejemplo con determinados tipos de almeja, y es una especie con un crecimiento lento. Un alevín puede tardar hasta año y medio en superar los 11 centímetros y medio, que es la talla mínima que ha de tener el bivalvo de la ría de Arousa si se quiere extraer. Esos factores, y el esfuerzo pesquero de los últimos años podrían estar detrás del descenso de capturas de algunos de los últimos ejercicios. Entre el otoño y el invierno de 2018 y 2019 se vendieron unas 80 toneladas. La cifra no fue mala del todo, pero los marineros lamentaban que la vieira no era demasiado grande.

Aún había sido peor la campaña de enero y febrero de 2018, cuando entre Cambados, Rianxo y Bueu obtuvieron apenas 60 toneladas de marisco. Además, era tan pequeño que ni siquiera salieron a pescar en Navidad, para dejarlo crecer un poco más.

Entre 2016 y 2017 se vendieron 75 toneladas; y entre 2015 y 2016, apenas 60. Unos volúmenes de capturas que se quedaron muy lejos de los de la década pasada, cuando se superaron las 200 toneladas de vieira (entre 2005 y 2006), y las 133 toneladas, entre el otoño de 2009 y el de 2010.

Pero entonces la vieira de la ría de Arousa era un recurso casi "virgen", ya que no se había pescado casi nada durante la década de los 90 debido a la irrupción de la toxina amnésica (ASP). La extracción volvió a permitirse en 2002, gracias a un plan piloto en el que participó el pósito de Cambados y para el que el CIMA hizo precisamente su último gran informe sobre la vieira hasta la fecha.

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