El proceso de elaboración del vino podría utilizarse como paradigma de cualquier desarrollo químico que se precie. Desde los productos que se utilizan para el cuidado de la uva hasta aquellos que intervienen en la fermentación alcohólica y maloláctica sirven para fortalecer una relación indivisible entre la química y el vino.

Quizá esa pueda ser una de las razones que explique la reconocida pasión por el vino de todo un Premio Nobel de Química en 2015 como Tomas Lindahl. Ayer, el médico y biólogo sueco de 81 años, se acercó a Cambados para conocer de primera mano la cuna de uno de los mejores albariños que se precie. La bodega Martín Códax le abrió orgullosa las puertas a una visita en la que vino acompañada por su esposa, así como por el investigador y profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, el físico Jorge Mira y también por Miguel González Blanco, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la USC, entre otros ponentes del programa ConCiencia.

La visita a Galicia ha venido propiciada por la participación en la capital compostelana para dar la conferencia de apertura del Encontro Galego Portugués de Química, pero no quiso perder la oportunidad de disfrutar de sus amplios conocimientos vitivinícolas y recordar además su etapa como catador profesional de vinos.

De aquellos quince años de su vida dedicados a encontrar la calidad de los vinos derivó su reconocido secreto de tomarse una copa de vino diaria. Además, como especialista en la mutación del ADN y las causas que derivan en enfermedades como el cáncer, tiene claro que un consumo responsable y en mínimas dosis de vino no supone alimentar ningún tipo de riesgo vital.

Su extraordinaria capacidad y calidad humana quedó de manifiesto en la tarde de ayer en Cambados. Su amabilidad y profundo interés en todos los detalles en la visita realizada hacía imposible disimular su pasión por todo lo que rodea al vino. De la misma manera también se interesó por los distintos proyectos de investigación en los que Martín Códax está implicado, así como por sus distintas variedades productivas.

Como no podía ser menos también se produjo una cata de algunas de las variedades que allí se trabajan. Su profundo conocimiento de la materia, sumado a un experto paladar, le llevaron a establecer acertadas conclusiones sobre cada uno de los caldos catados. En todos los casos no pasó por alto la calidad de los mismos y agradeció el exquisito trato recibido por los responsables de la firma cambadesa.

En el acto de la visita también estuvo presente la alcaldesa Fátima Abal, quien no desaprovechó la oportunidad de agasajar a Tomas Lindahl con la Folla de Prata de la Festa do Albariño, un gesto que el propio científico emérito en el Instituto Francis Crick de Londres agradeció muy sinceramente.

No abandonó la bodega sin hacer acopio de algunas botellas para demostrar que el vino también marida con mentes privilegiadas.