Siendo alcalde, Miguel Ángel Pérez García propició la construcción de lo que ahora se conoce como Museo de la Pesca y la Salazón. Ahora que ya no está en primera línea de la acción política preside la asociación de Amigos das Salgadeiras de Moreiras. Su intención sigue siendo la misma: valorizar estas instalaciones y todo el espacio natural en el que se asientan, del que siempre se confesó enamorado.

-Desde su asociación pelean para conseguir que Punta Moreiras sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC). ¿Por qué?

-La solicitud tiene por objeto la conservación, protección y proyección de este espacio. Para ello, es fundamental que sea declarado como "Conjunto Histórico" y tratado en consecuencia. Estamos hablando de proteger los edificios ya recuperados que formaron parte de la industria salazonera que funcionó en O Grove a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, dando forma en la actualidad al Museo de la Pesca y la Salazón. Pero también hablamos de preservar los restos de aquella misma industria que aún no fueron recuperados, así como la ensenada, los yacimientos de origen romano existentes en el entorno y la veintena de molinos presentes, en mejor o peor grado de conservación, en los regatos de Cova da Loba y A Serpe.

-¿Y cómo repercutirá la consecución de ese distintivo?

-La declaración implica disponer de una figura de protección que garantice, por ejemplo, que no puedan instalarse en ese idílico entorno elementos distorsionadores que puedan alterarlo. Con esa declaración como "Conjunto Histórico", todo cuanto encierra Punta Moreiras pasará a formar parte del censo patrimonial de Galicia. Para que sea posible, el proyecto que defendemos establece medidas de protección que garantizan el acceso público, pero evitando, insisto, intervenciones que carezcan de autorización de Patrimonio. Del mismo modo que se impedirá el desplazamiento de bienes, los cuales deberán estar correctamente catalogados.

-Y todo esto, ¿para qué?

-Para que nuestros hijos y sus hijos puedan disfrutar de este singular espacio. Pero también para convertirlo en un foco de atracción turística y cultural increíble que contribuya a enriquecer la historia de Galicia. Un lugar que con la instalación de un paseo que lo vertebre u otras acciones siempre respetuosas con el entorno se puede potenciar de manera notable para alentar la visita de los ciudadanos y propiciar el conocimiento de cada uno de sus elementos.