Uno de los primeros en llegar al lugar de la tragedia fue Maximino Boquete, sobrino de Helena Jamardo Figueroa y primo de las hermanas fallecidas. Aunque la Guardia Civil no le dejó acceder a la vivienda, donde se tomaban pruebas y se buscaba el arma, acertó a explicar que José Luis Abet y su prima Sandra "se separaron hace ya dos o tres años", aunque se divorciaron en enero de 2018.

Confirmó que la pareja "había tenido muchos problemas" y que el presunto asesino "paraba muy poco por la aldea y no tenía trato con la gente".

Es lo mismo que declaran otros familiares y vecinos de Valga, tanto en la parroquia de Cordeiro, donde tuvo lugar el triple crimen, como en la de Campaña, donde conocen bien a la familia Boquete. "No era un hombre de venir por el bar, ni tras separarse ni cuando estaba casado", explicaron varios hosteleros. Los vecinos de Carracido coincidían al apuntar que "casi no los veíamos por aquí; entraban y salían para el trabajo pero no hablaban mucho con la gente".

Esther, una de las vecinas, se mostraba contundente al declarar: "Hay que tomar medidas drásticas y acabar con esta lacra de una vez por todas; no puede ser que estén matando a las mujeres continuamente y no se endurezcan las penas". Entre llantos, lamentos y escenas de dolor, el conjunto de los vecinos se mostraron consternados ante el terrible asesinato múltiple.