En el entorno del barrio de Tarroeira y el Camiño do Regadío, justo donde se encuentra la frontera entre las localidades de Valga y Pontecesures, funciona desde hace décadas una conocida discoteca en cuyo entorno se acumula desde hace mucho una ingente cantidad de residuos. Así lo denuncian los ciudadanos, quienes además alegan que "no pasan los barrenderos, por lo que se amontonan todo tipo de escombros a diario".

Es por ello que, tras asegurar que no les hacen caso, exigen públicamente una rápida respuesta de los gobiernos de Valga y Pontecesures, alegando que "la situación generada es tan insalubre que incluso propicia la presencia de ratas".

Lo cierto es que en las aceras, sobre las fincas anexas y en los arcenes de la carretera Nacional 550 "hay desde preservativos usados a botellas de plástico y cristal, botes y otros muchos desperdicios", critican los residentes en el entorno.