Los delfines que utilizan las bateas de mejillón y ostra como despensa, ya que encuentran en ellas comida fácil, puesto que esos viveros suelen atraer y concentrar peces que les sirven de alimento, presentan un comportamiento social menos activo que los demás.

Ya sea por una especie de sentimiento de la propiedad o, sobre todo, porque no necesitan ayuda de otros miembros de su misma familia para pescar, estos mamíferos marinos limitan de manera notable sus relaciones con los demás ejemplares de la especie, aunque cierto es que nunca pierden contacto del todo.

De manera coloquial puede decirse que los delfines no manejan Facebook, Twitter ni Instagram, pero sí forman y participan en grandes redes sociales que les permiten un contacto permanente. Lo que sucede es que, de algún modo, los que comen en las bateas dejan esas redes sociales un poco de lado.

Son lecturas que pueden extraerse de un nuevo trabajo científico divulgado por el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI), con sede en O Grove y dirigido por el doctor Bruno Díaz López.

Recogido por la Universidad de Oxford en la revista especializada Behavioral Ecology, considerada una de las más importantes del mundo en lo que referido al estudio de la ecología de los animales, este estudio se presenta como “uno de los más importantes que se han llevado a cabo sobre el sistema social de los delfines a nivel internacional, y es un honor que se desarrollara en aguas gallegas, y particularmente en la ría de Arousa”, explica el propio Bruno Díaz.

171 arroaces seguidos entre 2014 y 2018

Es un trabajo centrado en cuatro años de estudios en Galicia liderado por la bióloga francesa Séverine Methion, como autora principal, que forma parte del doctorado que desarrolla para la Universidad de Burdeos. En el mismo, que tiene a Bruno Díaz como coautor y se suma a otros importantes informes elaborados por ambos expertos, se ha procedido a la identificación y estudio de 171 delfines mulares que han vivido entre 2014 y 2018 en la ría de Arousa.

Esto ha permitido que la comunidad científica analizara en detalle su comportamiento y el papel que desempeñan en las redes sociales de estos mamíferos marinos.

Los delfines no integran grupos fijos, sino que disponen de amplias y complejas estructuras y redes sociales en las que, como sucede a cualquier persona con Facebook, por ejemplo, cada delfín puede tener multitud de amigos, aunque mantendrá más relación con unos que con otros”, detalla Bruno Díaz.

Dicho esto, explica que en el estudio aludido “hemos visto que a unos delfines les gusta más que a otros comer entre bateas, y aquellos que lo hacen se convierten en menos sociales que los otros, quizás porque acceden al alimento más fácilmente y no necesitan ayuda de otros ejemplares”.

En cierto modo los delfines mulares o arroaces “se vuelven más egoístas y menos sociales porque al alimentarse entre las bateas no tienen que colaborar con otros amigos y prefieren estar solos o con poca compañía”, apostilla el biólogo ferrolano asentado en O Grove.

"Como cuando pides la comida desde casa"

De forma muy gráfica compara este comportamiento con el del ser humano, porque “si yo descuelgo el teléfono y encargo la comida para que me la manden a casa voy a tener un comportamiento menos social del que tendré si voy a comprar al supermercado o a la plaza de abastos, ya que quiera o no, voy a entablar contacto con otras personas”. Pues con los delfines sucede algo parecido, ya que al tener alimento fácil entre las cuerdas del mejillón o alrededor de las bateas “se centran en ellas e interactúan menos con los demás”.

Es cierto que “todos siguen estando con todos”, pero insiste en que “se ve claramente que los que frecuentan las bateas mantienen menos contacto con los demás”.

Este es el mapa de sus redes sociales:

Este es el mapa de sus redes sociales:

El citado estudio se acompaña de una especie de plano que así lo atestigua. Es un dibujo que muestra la red social de cada delfín, marcando cada ejemplar con un punto azul que es más grande cuanto más numerosas son sus visitas a las bateas. Mediante líneas se marcan sus contactos con otros ejemplares y, efectivamente, se comprueba que los que usan la despensa de los viveros se relacionan menos que los otros.