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Las patrulleras de Gardacostas retiran cada día ingentes cantidades de nasas ilegales

La presión de los vigilantes no cesa -A pesar de ello, este verano parece especialmente activo para los pescadores que se dedican a la captura fraudulenta de pulpo y nécora

La patrullera de Gardacostas repleta de nasas, ayer. FdV

La pesca ilegal está causando un daño extremo a las rías gallegas, a pesar de que servicios como Gardacostas de Galicia no dejan de reforzar su actividad y asestan duros golpes al furtivismo prácticamente a diario.

Para llegar a esta conclusión ni siquiera es necesario esperar a que la Consellería do Mar aporte datos concretos sobre los decomisos e incautaciones realizados por los guardacostas. Basta con ver la actividad de sus agentes, vehículos y patrulleras para entender que a diario se interceptan ingentes cantidades de aparejos ilegales.

Sirva como ejemplo lo sucedido esta semana en la base operativa de Vilaxoán (Vilagarcía) con la patrullera "Punta Roncadoira". Resulta que el miércoles estaba amarrada en su pantalán y sobre su cubierta había una incontable cantidad de nasas que habían sido decomisadas el día anterior en la ría.

Y ayer ese mismo barco de Gardacostas volvía a estar repleto de aparejos, estos interceptados el jueves cuando pescaban de forma ilegal. Y así un día tras otro

Es evidente que este tipo de actuaciones demuestran que la labor de Gardacostas es eficaz. Pero también insuficiente, ya que la presión ejercida por los furtivos sigue siendo evidente, en gran medida porque hay consumidores, restaurantes y otros negocios que demandan producto ilegal.

Un verano particularmente duro

Sucede cada año, y tanto en verano como en invierno. Aunque todo parece indicar que los dos últimos meses están resultando especialmente activos para los pescadores ilegales, y muy particularmente para aquellos que se dedican a la captura de nécora y pulpo.

Son, cabe insistir, dos especies que actualmente está permitido pescar. Lo que sucede es que hay ciertos profesionales del sector pesquero que se saltan a la torera los topes de captura establecidos, que no respetan las tallas mínimas y que colocan en el agua más nasas de las que tienen permitidas, haciéndolo, además, en zonas prohibidas para ello o incumpliendo los horarios de faena y descanso semanal que determina la legislación vigente."Furtivismo legal"

Es lo que se conoce como "furtivismo legal", así denominado en el informe "El furtivismo marino y su incidencia en la comunidad autónoma de Galicia", encargado hace una década por la Fiscalía General al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

En aquella publicación se detalla que el furtivismo "puede ser doméstico, vacacional, marginal, recreativo, profesional o legal".

"Furtivo legal", hay que insistir, es quizás el más preocupante, ya que se trata de marineros o mariscadores que "disponen de permiso de explotación marisquera y gozan de todos los requisitos que benefician a cualquier profesional", dedicándose a "capturar ejemplares de talla inferior a la permitida o que están en veda".

Es "un furtivismo silencioso, que pasa más desapercibido y que poco a poco, dada la continuidad de su práctica, llega a unos niveles altos de fraude".

Ya resaltaba entonces la Guardia Civil que el furtivo legal es todo aquel que se aprovecha de su condición para colocar en el mercado unas capturas ilegalmente obtenidas que, a la postre, perjudican a cuantos sí actúan dentro de la legalidad.

Se ponía como ejemplo al centollo, pues "hay pescadores que no dudan en aprovechar su actividad diaria par recogerlo y venderlo directamente al regresar a puerto o guardarlo en jaulas y salabardos a la espera de que finalice su veda".

"Furtivo doméstico"

"Furtivo doméstico"

Aunque ya se explicó en otras ocasiones, no está de más recordar, en base al mismo informe, que el furtivo también puede ser "doméstico", incluyéndose en este grupo a "personas que residen en los municipios costeros, generalmente mayores y marineros jubilados que por uso y costumbre recolectan ejemplares para consumo propio".

Según la benemérita, el "furtivo doméstico" parece estar "socialmente aceptado, al ser oriundos de la zona y no generar alarma social".

Vacacional y marginal

Vacacional y marginal

Por su parte, el "furtivo vacacional" o "furtivo de bañador" engloba a aquellos ciudadanos que en verano recolectan en las zonas costeras y/o de baño "ejemplares de fácil acceso", como almejas, berberecho, navajas e incluso percebes.

Otro tipo de furtivismo es el "marginal", protagonizado por personas "con carencias de integración social y necesidades económicas". O lo que es lo mismo, ciudadanos que "por sus circunstancias personales se encuentran en alguna situación de falta de integración social, por presentar psicopatologías adictivas y comportamientos y conductas de desarraigo tales como toxicomanías, alcoholismo, desempleo crónico por falta de adaptación y similares".

"Furtivo recreativo"

"Furtivo recreativo"

La Guardia Civil también aludía en su informe al "furtivo recreativo"; personas con licencias de pesca recreativa que capturan "especies para las que no están autorizadas o no respetan los topes y las introducen en el mercado alimenticio mediante la venta directa a restaurantes o particulares".

Son, como puede verse, diferentes formas de esquilmar el medio marino que generan competencia desleal para los profesionales que respetan la ley e incluso pueden constituir un riesgo para la salud pública.

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