El Concello de Vilanova ha abierto una investigación sobre posibles daños al patrimonio histórico en el yacimiento de Cálago, al encontrarse restos de una fiesta o un picnic la pasada semana encima del área arqueológica. Esos restos comenzaron a difundirse por las redes sociales hasta que llegaron al regidor del municipio, Gonzalo Durán, que, de forma inmediata, encargó a la Policía Local la apertura de una investigación para determinar lo sucedido "y dar con los culpables".

Siendo uno de los impulsores de los trabajos arqueológicos en Cálago, Durán se mostraba ayer muy enfadado y defraudado con lo ocurrido, hasta el punto de calificarlo como "algo muy desagradable, una falta de civismo absoluta, por eso esperamos dar con ellos y ponerles la sanción más alta que podamos". Es por ello que los agentes van a indagar con los vecinos de la zona sobre la identidad de las personas que dejaron en ese lugar las mesas y sillas, así como una considerable cantidad de basura, especialmente, botellas de cerveza. El regidor mandó ayer por la mañana al servicio de Obras a retirar las mesas, sillas y toda la basura que se encontraba en el área arqueológica de Cálago para que "pueda ser visitada sin encontrarse con esos restos". Además, el próximo mes de septiembre, es muy probable que se lleve a cabo una tercera fase de intervención sobre el yacimiento, en la que la empresa Estela Arqueoloxía tratará de consolidar gran parte de las estructuras descubiertas e indagar sobre la aparición de restos óseos en el entorno del castro.

Durán también realizó ayer un llamamiento a la gente que se acerque a Cálago a "que respeten nuestra historia y las zonas arqueológicas, porque es un ejercicio de civismo que debemos hacer todos".

El regidor vilanovés insiste en que "me gustaría saber quienes han sido los descerebrados que han actuado de esta forma y para que sepan que este tipo de hechos que han cometido tienen sus consecuencias legales". De hecho, en la Lei de Patrimonio de Galicia, infracciones como la cometida en Cálago pueden suponer sanciones de entre 300 y 6.000 euros. De todas formas, el alcance de los daños en el espacio arqueológico, si es que lo ha habido, no se conocerá hasta que se inicie la tercera fase de excavación.

Lo ocurrido en Cálago es, desgraciadamente, más común de lo esperado. De hecho, el pasado verano hubo quejas de que los visitantes del islote Areoso utilizaban la mámoa 4, excavada por arqueólogos contratados por la Xunta, como mesa o para subirse encima y tomarse fotografías, con el riesgo de que el monumento megalítico pudiese venirse abajo.

El castro de Cálago es el punto en el que nació la actual Vilanova. La zona estuvo ocupada durante más de 1.000 años y, además de ser un poblado castrexo, también tuvo un monasterio y una iglesia. El monasterio es una de las grandes incógnitas que se pretende desvelar con las excavaciones arqueológicas ya que no se conoce nada de su ubicación. Fundado por San Fructuoso de Braga, el convento ha pasado a la historia por haber víctima de uno de los primeros ataques de los vikingos a la costa gallega. Además, Almanzor también lo arrasó en su camino hacia Santiago de Compostela. Junto a él había una iglesia que acabaría desapareciendo a principios del siglo XX y de la que tan solo queda el campanario, emblema oficial de Vilanova.