Si alguien conoce bien la historia de Cálago esa es la historiadora vilanovesa Alicia Padín, que cuenta con varios trabajos sobre el monasterio y fue una de las personas que trabajó en las excavaciones que se han llevado a cabo en la zona. Padín responsabiliza a la "falta de civismo y sensibilidad hacia nuestro pasado que existe en la sociedad" la presencia de estos elementos en el yacimiento. "No se puede hablar de falta de información sobre lo que allí hay, ya que tanto el Concello como la empresa que realizó las excavaciones, Estela Arqueoloxía, se encargaron de llevar a cabo su divulgación". Insiste en que "no es falta de información, que la tienen a mano para saber la importancia del yacimiento, pero eso, a estas personas, les da absolutamente igual".

Lamenta que este tipo de personas no sea consciente de que "con su actitud, pueden causar un daño irreparable en el yacimiento; estructural, porque remueven el suelo buscando cualquier cosa, ..., esto no es un juego, es un acto en el que pueden dañar de forma irreparable un patrimonio que nos pertenece a todos".

Esos daños pueden ser muy importantes, sobre todo, en un espacio arqueológico que todavía no se encuentra consolidado, como es el caso de Cálago, donde este tipo de acciones, "pueden alterar el sustrato que está todavía por excavar o dañar estructuras, por lo que la pérdida de información puede ser muy importante,".

Durante las dos fases de excavación en Cálago, Padín recuerda que "hubo algunas gamberradas, afortunadamente, mínimas y que no causaron ningún daño, afortunadamente por allí pasó mucha gente que valoró de forma positiva nuestro trabajo y se interesó por lo que se estaba encontrando".