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San Roque 2019 y Festaclown en Vilagarcía

Leo Bassi: "La risa y el humor son los mejores remedios contra la extrema derecha"

"Trato de enseñar a la juventud la fragilidad del fascismo y de inculcar que no podemos tener miedo ante esa ideología que está renaciendo en Europa"

Leo Bassi, posando en el auditorio municipal. // Iñaki Abella

Leo Bassi es una de las figuras más conocidas del mundo del clown y de la provocación a nivel internacional. El cómico italiano presenta esta noche (21.00 horas en el auditorio municipal) su número "Yo, Mussolini" en Vilagarcía. Una actuación en la que reírse para combatir el reciente ascenso del fascismo y la extrema derecha en toda Europa.

-Vista la filosofía solidaria de Festaclown y que le han colocado como cabeza de cartel, ¿llega con unas ganas especiales de actuar en Vilagarcía?

-Sí, tengo muchas ganas. Ya son 20 años los que llevo colaborando con el Festaclown. Me gusta mucho su filosofía, ya que tiene un ideario fiel al mundo de los payasos. Además, estoy muy contento del número que voy a presentar, en el que hablo y ridiculizo el auge de la extrema derecha.

-En esta ocasión presenta el número "Yo, Mussolini". ¿Qué se va a encontrar el público?

-A lo largo del show nos encontramos con muchos niveles diferentes. En el primero considero al dictador como un payaso y trato de imitarlo. También se hace un repaso al sentido histórico para saber como funciona el fascismo a través de su creador. Considero que es un buen momento para hablar de él, porque en Italia se está resucitando esta ideología a manos de Matteo Salvini. La idea es hacer vivir, a través de la crítica, como es la extrema derecha y su filosofía para desmontarla a través del humor. En resumen, quiero hacer reír, pensar y poner en contexto la figura de Mussolini y su pensamiento.

-¿Va a ser una presentación para todos los públicos o hay que tener ciertos conocimientos sociales e históricos para comprenderla?

-No es un número para niños, pero sí que puede ser educativo para adolescentes. Tiene un gran contenido informativo, por lo que se aprenden muchas cosas de las que habitualmente no se habla. Aunque mezclo imágenes históricas, algunas un poco crudas, no es un número violento. También comento algunas curiosidades que mucha gente desconoce como la de que Mussolini era un amado de los Estados Unidos de América.

-En la presentación del festival decía que quería mandar un mensaje de optimismo a la juventud con este número. ¿Por qué lo decía?

-Porque opto por tomar la realidad más cruda y actual, especialmente de Italia, para explicar que el fascismo es frágil. Hay que vigilarlo, analizar su crecimiento, pero no podemos tenerle miedo. El mejor remedio contra la extrema derecha es la risa, el humor.

-A lo largo de su trayectoria, siempre ha desarrollado un humor crítico y provocador. ¿Por qué ha optado por este camino?

-Es una tradición popular, ya que yo vengo del circo. Ya son seis o siete generaciones, cerca de 170 años en los que mi familia ha seguido por esta ruta. No estoy atado a ningún idioma ni a una relación política. Intento que mi actuación y mi humor sean internacionales, a que actúo mucho en países como Francia o Portugal, por lo que tengo que fortalecer mi lenguaje corporal. Hoy en día, por desgracia, se ha perdido la figura del cómico europeo y tenemos a artistas italianos, españoles...cada uno con su estilo. Yo intento ir contra esta tendencia y defender la figura del humorista europeo y europeísta.

-¿Cree que Mussolini se podría llegar a reír con su actuación?

-Creo que sí. Él era un personaje muy complejo. Y aunque, evidentemente, tenía muchas cosas malas, era un buen comunicador como lo puedo llegar a ser yo. También sabía hacer reír y seguro que valoraba la buena crítica.

-El hecho de criticar a figuras e instituciones mundialmente conocidas le ha provocado una lluvia de premios, pero también de críticas. ¿Qué le aporta más?

-Las dos me aportan cosas. Recibir premios está muy bien, pero suscitar polémica y crítica supone que me mantengo en la actualidad. Disfruto de las dos, ya que los premios me agradan y las críticas me dan ganas de seguir, ya que me gusta molestar y provocar.

-En otras entrevistas que hemos realizado, algún artista del cartel se mostraban preocupados con el futuro de las artes escénicas porque empiezan a desaparecer ayudas en algunos países, como puede ser Italia. ¿Cómo ve Leo Bassi el futuro del teatro crítico?

-Yo nunca he vivido de subvenciones, ya que no creo que sea un método seguro, porque en cualquier momento te las pueden quitar. Yo vivo de la taquilla, porque creo que si te financias por subvenciones te estás nutriendo de una cierta cultura política. Así que, personalmente, no lo veo como un problema sino como una manera de dar vitalidad a los artistas para seguir buscando la manera de actuar.

-Otros entrevistados se referían a usted como un "dios" de la provocación. ¿Cómo ha conseguido ganarse ese respeto?

-Yo sólo me he mantenido fiel a la tradición. He viajado, luchado y nunca me he arrodillado ante las adversidades. Estoy orgulloso por llegar hasta donde estoy hoy en día después de criarme en una familia de clase social baja. Nunca nos hemos rendido.

-Pero Leo Bassi, como bufón, ha evolucionado.

-Sí, he cambiado yo y el mundo en general. La evolución de la sociedad a través de las redes sociales es un mundo completamente desconocido para mis antepasados. La tradición está en mi espíritu, pero la forma y el marco es muy diferente hoy en día.

-¿Cómo ha vivido la época de sus problemas con La Revelación?

-Fue muy intensa. Bombas, denuncias, agresiones... Todo eso ha creado en mí ganas de venganza y por eso hemos sacado iniciativas como "El Paticano". Es mi manera cómica de burlarme de aquellos que actúan con violencia. Nos la han quemado, pero ya está funcionando de nuevo. Eso me da más fuerzas todavía.

-Después de eso, ¿ha desaparecido el miedo a meterse con ningún colectivo?

-Yo no tengo miedo. Al fin y al cabo sabemos que, a final, vamos a morir. Prefiero hacerlo defendiendo unos ideales y luchando por aquellas causas que considero oportunas. Hoy en día y con la edad que tengo, soy más seguro de mí mismo y tengo más ganas de trabajar que nunca.

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