Simplemente, observar las cartas de estos templos de la buena cocina abriría el apetito de cualquiera. El pez espada en A de Vituco, la paella en A de Peri o la parrillada de carne en Lavanqueira, son solo algunos ejemplos de garantía de buena elección.

Daniel Otero reconoce que en su chiringuito "un menú para dos personas con navajas, croquetas, mejillones y paella te sale alrededor de veinte euros por persona". Un cocinero que también tiene en los pimientos rellenos de marisco una de sus recomendaciones más demandadas.

También hay coincidencia en la mayoría de los locales en el margen de precios en los que se mueven los productos. A partir de tres euros se empieza a abrir el abanico en cuanto a bocadillos. Ese es el punto de partida sobre el que se asienta una consistente variedad de alternativas gastronómicas.

La ración de pulpo suele llevarse la palma en lo que se refiere a su precio, dentro de lo que son los considerados aperitivos. Ramón Barreiro, gerente del Xa Cho Dixen apunta que "nosotros lo que más vendemos son productos del mar. Desde las zamburiñas a los mejillones pasando por navajas o pulpo, pero también hay tortilla, pimientos de Padrón o jamón asado.La verdad es que tocamos todos los palos".

La posibilidad de adaptarse al bolsillo de cualquier turista es otro reclamo importante. A ello suman la abundancia de las raciones y platos, lo que aumenta la valoración final del comensal. "Nosotros somos 'farturentos' por naturaleza y eso también lo perciben los clientes", apunta Ramón Barreiro.

También la sobremesa adquiere una especial significación en las playas de A Illa. El café e incluso la copa, con la compañía y la conversación exprimiendo la sombra en las horas centrales del día, también juegan un papel protagonista en la dinámica de trabajo diaria de los chiringuitos.

"Se trata de que se sientan a gusto y que complementen una buena jornada de playa", apunta Carlos. Un mensaje que están captando a la perfección centenares de turistas a diario en A Illa.