El Festival Internacional de Música Clásica de Vilagarcía afronta la recta final de su segunda edición con un éxito de público que ha desbordado las previsiones de la organización. De hecho en el concierto inaugural, capitaneado por la Orquesta Sinfónica de Galicia, cientos de personas hicieron cola para lograr una entrada pero muchas no lo consiguieron, pues se agotaron las 550 localidades -gratuitas- en diez minutos. Y para las veladas de pago en los pazos de A Golpelleira y de Rubiáns, los billetes también volaron.

Además del Auditorio, el Salón García, los pazos y la Praza da Peixería, el Clasclás volvió este año a apostar por los templos religiosos para acercar la música clásica a la ciudadanía. Así, ayer a mediodía volvió a la iglesia de Carril, un espacio con una acústica espectacular. De ello fueron testigos las decenas de personas que abarrotaron los bancos de la iglesia para disfrutar de un recital protagonizado por nueve de los jóvenes artistas del certamen, los denominados YAP.

El repertorio comenzó con un "quinteto para cuerda nº 2 en si bemol mayor Op.87" de F. Mendelssohn-Bartholdy con Ori Wissner-Levy y Linda Suolahti a los violines, Florrie Marshall y Dorothy Kim a las violas y Jacob Kuchenbuch al cello.

La segunda y última obra fue interpretada por Abigel Kralik (violín), Clara-Hèléne Stangorra (viola), el gallego Iago Domínguez (cello) y la madrileña Susana Gómez (piano). Se trató de "un cuarteto con piano nº2 en mi bemol mayor Op.87" de A. Dvorák.

Además de este concierto que maravilló al público asistente, el Clasclás tuvo ayer doble cita en Vilagarcía, pues por la noche el Pazo da Golpelleira albergó su último concierto de esta edición. Hoy lo mejor de la música clásica volverá a sonar en directo en la iglesia de Carril (12.30 horas) y en el Pazo de Rubiáns (21.30 horas, entradas agotadas). Mañana el festival llegará a su fin con un multitudinario concierto de clausura en el Auditorio (a las 21.00 horas, acceso gratuito).