El cetrero arousano que responde a las iniciales E.G.R., investigado por la Guardia Civil en relación con el robo de cuatro polluelos de cernícalo vulgar ( Falco tinnunculus) nacidos en O Grove, niega la mayor y responsabiliza de lo sucedido a dos menores de edad.

Aunque las crías del ave rapaz fueron recuperadas y están a salvo, de nuevo en su nido, las diligencias judiciales siguen adelante en relación con un posible delito relativo a la protección de la flora, fauna y animales domésticos, susceptible de ser castigado con penas de prisión.

Es por ello que el investigado quiere desvincularse de lo sucedido y señala directamente a un niño de 14 años que se habría encargado de recoger los cuatro polluelos, dejando un quinto ejemplar dentro del nido para que, como se explicaba ayer, sus progenitores lo criaran y sigan nidificando en próximos años en el mismo lugar, el alféizar de una casa abandonada de la calle Batalla de Lepanto.

"Estoy muy tranquilo porque no he intervenido para nada, sino que fue ese niño de catorce años el que se encargó de coger los pollos", asegura el investigado.

Pero el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil se personó casi inmediatamente en su cetrería para preguntar por lo sucedido, y según la propia benemérita, aunque negó su implicación, acabó entregando voluntariamente los pájaros en el cuartel de Cambados.

Esto se debe, asegura el implicado, a que lo hizo "para ayudar", y añade que se convirtió en sospechoso porque el niño de catorce años que considera responsable contactó con él "y con otras personas" a través del servicio de mensajería WhastApp para hablar sobre los cernícalos de O Grove.

Según E.G.R.. "ese chico de catorce años me llamó para saber si yo podía ir a recoger los pollos y le dije que ni se le ocurriera porque eso es delito".

A lo que añade que "es cierto que vino el Seprona a mi tienda, pero no encontraron nada ilegal y les dije que yo no tenía nada que ver, aunque tenía mis sospechas sobre quién podría haber sido; lo que sucedió fue que me pidieron que les ayudara, por eso hice un par de llamadas y localicé los pájaros, que estaban en poder de otro menor de edad amigo del anterior, y tras convencerlo para que accediera a devolverlos fui con él al cuartel de Cambados para entregarlos".

De este modo quiere desvincularse por completo de lo sucedido, tratando de demostrar que "en lugar de ser el culpable de todo esto, cuando tengo todo legal", es en realidad alguien que solo quiso "ayudar en la investigación".

Una supuesta colaboración que eleva a tal extremo que incluso sugiere que "los cernícalos no se venden a 400 euros la unidad, ya que es una especie muy devaluada, por eso solo alcanzan entre 175 y 200 euros".

Acierta a aclarar también, a modo de coartada, que "el robo se produjo entre las diez y las once del domingo, y yo no llegué a casa hasta medianoche porque fui a una feria a Silleda".

Termina diciendo que "todo fue una niñería" y que el adolescente al que responsabiliza "cogió los pájaros porque una mujer le dijo que no los quería en la ventana".