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El largo camino de la "Folla Redonda" hacia su legalización

El tinto de Barrantes será un vino "legal" a partir de 2025 si supera todos los trámites

El proceso de regularización administrativa incluye desde un exhaustivo análisis genético hasta ensayos de campo durante dos vendimias -Los resultados de Galicia deberán ser validados por un centro de Murcia

Las precatas del tino de Barrantes se celebran en el centro social de la parroquia. // Noé Parga

El célebre dicho chino de que todo viaje, por largo que sea, empieza por un solo paso, se cumple con el tantas veces reclamado proceso de regularización del vino tinto de Barrantes. Finalmente, la Xunta de Galicia ha iniciado los trámites administrativos y los trabajos científicos necesarios para reconocer la "Folla Redonda", una variedad híbrida típica de O Salnés que lleva décadas en el ostracismo. Pero el viaje será largo, tanto que aunque la llamada "Folla Redonda" supere todos los escollos y reciba las bendiciones de los técnicos, la comercialización del tinto de Barrantes no será posible antes de 2025. En realidad, es probable que no se consiga el ansiado objetivo hasta cerca de 2030.

Pero, aunque quede mucho tiempo hasta entonces, el primer paso por fin se ha dado. Para que la "Folla Redonda" se pueda registrar como una variedad vitícola, hay que realizar antes una serie de estudios y esperar a que las plantas seleccionadas den dos cosechas. Se estima que este proceso puede llevar unos cinco años.

Pero aún después, habrá que comprobar que los caldos resultantes cumplen con la normativa y que tienen interés agronómico y comercial. Aunque esta segunda fase no tiene por qué llevar tanto tiempo como la primera, también exige la elaboración de informes en Galicia y el posterior visto bueno del Gobierno central.

El alcalde de Ribadumia, David Castro, presentó la pasada semana la 48 edición de la Festa do Viño Tinto do Salnés e de Exaltación das Variedades Autóctonas, y destacaba que la cita de este año era más especial si cabe dado que por primera vez se celebra con los trámites para la regularización en marcha. Y es que aunque hacía tiempo que existía en Ribadumia un sentimiento social a favor de la regularización administrativa de este caldo, no fue hasta hace un año cuando ese sentimiento cristalizó en forma de una campaña impulsada por el propio David Castro.

Este logró el respaldo del PP de O Salnés, y convenció a la Xunta de Galicia de que iniciase los trabajos científicos previos a un expediente de registro de la nueva variedad.

Eso es precisamente lo que están haciendo ahora los técnicos de la Estación de Viticultura e Enoloxía de Galicia (Evega) de Leiro (Ourense). El jefe del servicio de Sanidade e Producción Vexetal de la Consellería do Medio Rural, César Iglesias Vázquez, explica que en estos momentos no es técnicamente correcto decir que la "Folla Redonda" es una variedad. Se trata, en sentido estricto, de un material genético de vid del que en la práctica se sabe muy poco.

"Sabemos que es un híbrido, pero no se sabe bien de donde procede. Lo primero es descubrir quienes son su padre y su madre", argumenta gráficamente Iglesias Vázquez. De modo que una de las primeras labores de los científicos será realizar un estudio genético completo y exhaustivo de la planta, porque aunque sí existen indicios de cuáles fueron los injertos de los que nació la "Folla Redonda" a finales del siglo XIX, no hay constatación científica de ello. Esto es necesario para realizar una identificación genética completa.

Otra de las misiones de los científicos es la de hacer un análisis morfológico completo de la planta y su fruto, describiendo desde la flor hasta el grano y la hoja. Para ello, se han recogido vides en varias zonas de producción, y se han trasplantado en el centro de investigación de Leiro.

Para que la "Folla Redonda" supere el examen, tendrá que demostrarse que posee unas características genéticas únicas, homogéneas y estables, lo que implica que no van a variar cuando en el futuro en los viveros de plantas empiecen a cruzarlas para obtener nuevos individuos.

Una vez esté concluido este trabajo, habrá que remitirlo al Ministerio de Agricultura, que cultivará la "Folla Redonda" en un centro de investigación de Murcia. Allí, la planta deberá pasar dos ciclos completos, y si todo sale bien, el Gobierno permitirá registrar el material genético remitido desde Galicia como una nueva variedad vitivinícola. Eso sí, César Iglesias Vázquez advierte de que "incluso nos pueden decir que tenemos que cambiar el nombre, porque el propuesto por nosotros sea muy parecido a otro ya registrado". Recuerda que, de hecho, la Xunta no pudo inscribir una variedad de verduras típica del norte de A Coruña como "Repolo de Betanzos", y que tuvo que llamarlo "Brigantium".

Comercializar el caldo

Si la "Folla Redonda" llega al registro de variedades vitícolas habrá recorrido un largo camino. Pero aún le quedará un tramo por delante, dado que la aspiración última de los productores, los bodegueros, los hosteleros y los políticos de O Salnés que defienden la legalización es que el vino de Barrantes pueda venderse con etiqueta y a plena luz del día, libres del miedo a una sanción económica, como sucede hoy en día.

"En la segunda fase se examina el caldo resultante para determinar si cumple con la normativa, se hacen ensayos de valor agronómico y se analiza su potencial", resalta César Iglesias Vázquez.

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