El Premio Nacional de Gastronomía Tradicional Lola Torres es un homenaje a la buena cocina, a la mejor materia prima y, sobre todo, a las mujeres. Especialmente a aquellas que en los años de posguerra se las ingeniaban para dar de comer a los suyos. Es, también, un recuerdo emotivo a una de aquellas luchadoras, la cocinera grovense que da nombre al certamen, creado hace casi dos décadas por la Fundación Amigos de Galicia, una organización de tintes benéficos y culturales que entonces destacaba por su faceta gastronómica con el nombre de asociación O Grelo de Ouro.

A estas alturas el "Lola Torres" está plenamente consolidado en el panorama culinario nacional e incluso empieza a abrirse camino a nivel internacional.

Estos días este bien valorado concurso vuelve a ser noticia. Y todo porque el viernes el Centro Superior de Hostelería de Galicia, en Santiago de Compostela, acoge la entrega del galardón correspondiente a la XVII edición, que se falló el pasado mes de octubre en O Grove, en el transcurso de la Festa do Marisco.

La Fundación Amigos de Galicia, organizadora del evento, se ocupa cada año se seleccionar al mejor establecimiento y/o cocinero. Lo hace en el transcurso de la fiesta gastronómica meca, reservando la entrega del premio para la primavera siguiente.El momento de Berasategui

Y ha llegado el momento. Esta vez con el afamado cocinero vasco Martín Berasategui como protagonista. No necesita presentación, pero procede recordar que Martín Berasategui dirige a día de hoy 16 restaurantes, además de su buque insignia, el restaurante que lleva su nombre en Lasarte. Suma nada menos que diez "estrellas Michelin", tratándose del cocinero español con más galardones de la prestigiosa guía y el tercero a nivel mundial.

Como ya se explicó en octubre, tras conocerse el fallo del jurado, éste destacó los sellos que caracterizan al chef y empresario vasco, como son "la creatividad, la invención, el profundo entendimiento de los sabores y el gran respeto por los ingredientes".

Quienes arroparon su candidatura destacaron, además, "su esfuerzo, perseverancia, el trabajo en equipo" y el hecho de que sea "un cocinero siempre agradecido con las anteriores generaciones y con la herencia gastronómica que han dejado, asegurando que la cocina española está recogiendo el fruto del trabajo de muchas generaciones".

Ahora abunda en ello la Fundación Amigos de Galicia, aprovechando la entrega del premio y la visita de Berasategui, que hoy vuelve a O Grove tras haberlo hecho en enero para comer en casa de un amigo, el también "estrella Michelin", Javier Olleros, del restaurante Culler de Pau.

Lo hace diciendo que las cartas de los restaurantes de Martín Berasategui "representan la vanguardia gastronómica tanto a nivel nacional como internacional, sin olvidarse de los sabores de antaño y la cocina vasca"."Restaurantes para todos los presupuestos"

Pero eso es no es todo. El galardonado esta vez con el Premio Lola Torres ha sido capaz de crear "restaurantes para todos los presupuestos".

Así pues, concluye Amigos de Galicia, "hablar de Martín Berasategui es hablar de un gran forjador de equipos, un visionario, un trabajador con pasión, ilusión y humildad, y de un investigador incansable de marcas y productos"; un artista entre fogones "que con su don es capaz de fidelizar a los consumidores convirtiéndose en un gancho perfecto para atraer la atención sobre el producto que desee".

De este modo Berasategui incorpora su nombre a una ya larga lista de templos gastronómicos y toma el relevo del restaurante Atrio (Cáceres), ganador de la anterior edición.

El primero en lograr el "Lola Torres" fue el restaurante Cal Jaumet de Torá, en Lleida, y desde entonces se incorporaron otros como Casa Salvador (Valencia), Casa Duque (Segovia), Caballo Rojo (Córdoba), restaurante Posada de la Villa (Madrid), Casa Conrado (Oviedo), restaurante Josetxo (Pamplona) y el "7 Portes" (Barcelona).

También el restaurante Arzak (San Sebastián), el Rías de Galicia (Barcelona), el Zalacaín (Madrid), el Can Roca (Girona), restaurante Lhardy (Madrid), restaurante Akelarre (San Sebastián), de Pedro Subijana, y Casa Lucio (Madrid).

Los orígenes del concuso culinario

En Amigos de Galicia destacan que el Premio Lola Torres tiene como finalidad "destacar la gastronomía de aquellos restaurantes y/o cocineros que lleven como mínimo 25 años de trayectoria deleitando paladares con su cocina tradicional, elaborada principalmente con productos autóctonos de la zona, ya sean carnes, pescados, legumbres, verduras o vinos".

Este certamen, resaltan, "surgió como un merecido homenaje a las mujeres gallegas de la posguerra, pues a pesar de la escasez de alimentos y de productos, fueron capaces, siguiendo la tradición de los pazos, de elevar los platos a un nivel de gran calidad".

Así las cosas, "en la primera mitad del siglo XX, cocineras como Josefina Vilas o Lola Torres tomaron el relevo de una tradición que supieron trasladar con éxito a los restaurantes".

Y como se explicaba anteriormente, fue como muestra de reconocimiento a esas mujeres que la Fundación Amigos de Galicia creó el Premio Nacional de Gastronomía Tradicional.Una trabajadora desde los doce años

Lleva el nombre de Lola Torres, nacida en O Grove en 1917, para recordar que con solo doce años empezó a trabajar en A Toxa y que, con 17, empezó a hacerlo en la sección de salsas de la fábrica de conservas El Marino, lo cual la ayudaría más adelante en su faceta de cocinera.

Como se explicó en otras ocasiones, con 30 años Lola Torres se casó con Francisco, exiliado en el norte de África, y fueron padres de dos hijos, Carmen y Francisco. En 1951 fundaron el restaurante Finisterre, en O Grove, y allí "puso en marcha su creatividad en la cocina, considerada hoy cocina tradicional, pero de vanguardia para la época".

Dicen en Amigos de Galicia que en aquel negocio "nacieron el arroz con bogavante, el asado Xacobeo con carne de ternera o la merluza al albariño", destacando en todo momento "la utilización de productos de gran calidad y una cuidada elaboración y presentación".

De este modo "fueron mejorados platos gallegos tan conocidos como los callos, el pulpo, y distintos postres tradicionales".

Lola Torres murió en O Grove en 2002 y en 2003 logró el Premio Álvaro Cunqueiro, como reconocimiento a su labor gastronómica.