Con tan solo 5.000 habitantes y con unos recursos económicos muy limitados, A Illa tiene que disponer cada año de 70.000 euros para retirar todas las toallitas húmedas de su alcantarillado con el fin de evitar que colapse. Cansado de esta situación, el Concello diseñó una campaña de concienciación con cartelería y buzoneo de trípticos para tratar de implicar a la población en esa lucha de evitar tirar elementos higiénicos por el retrete.

La campaña tuvo el efecto que se esperaba, ya que no surtió ningún tipo de resultado, tal y como reconocen desde el propio Concello, ya que los problemas continúan y un nutrido grupo de vecinos continúan deshaciéndose de elementos higiénicos como las toallitas por el retrete. El edil Luis Arosa reconoce que "llevamos teniendo problemas desde 2010, pero en los últimos cuatro años esto ha sido espectacular", llegando a provocar algún colapso.