La decisión de la Xunta de Galicia de proceder a licitar las líneas de transporte público por carretera ha pillado por sorpresa a la Mancomunidade, que lleva mucho tiempo reclamando la posibilidad de convertirse en gestor de este tipo de servicios. El gerente de la entidad, Ramón Guinarte, reconocía ayer que "nos ha causado una gran sorpresa esta decisión, sobre todo, porque nuestras alegaciones eran coherentes y tenían un gran sentido común, por eso vamos a tener que analizar en profundidad el documento". Tampoco descarta el gerente que se contacte con Infraestruturas para abordar los motivos por los que no se han incluido las alegaciones en el plan de transporte. "Esperamos que esas alegaciones puedan ser establecidas como criterios de mejora a la hora de adjudicar las líneas, pero eso es algo que se debe abordar con la Consellería".

Las alegaciones de la Mancomunidade se centraban en la demanda de unas líneas de autobuses que integrasen a la comarca, que diesen servicio al turismo y que estuviesen coordinadas con los horarios de otros medios, como es el caso del ferroviario, con una estación importante en Vilagarcía. Censuraban también la división de la comarca en varias zonas en lugar de hacer un sistema integrado. Esa división supone el aislamiento entre el norte y el sur de O Salnés, cuando el eje central de la red debe ser unir los diferentes núcleos de población y los puntos de interés turístico.