Mostrándose "orgulloso por pertenecer a este partido y tener este increíble equipo", Iván Caamaño se estrenó ayer en su primer gran acto político como candidato del PP a la Alcaldía de Catoira, por la que dice luchar convencido de que "tenemos mucho que conseguir" para este pueblo y de que "nadie nos va a quitar la ilusión de hacerlo".
Fue un mitin en el cual el PP quiso dejar claro que confía en este joven estudiante de 23 años que irrumpe en política para medirse en las urnas a un histórico como el socialista Alberto García, con cuarenta años de trayectoria a sus espaldas, treinta de ellos como regidor.
Para escenificar ese apoyo a Iván Caamaño, en su mitin de presentación, celebrado en el Auditorio, se dieron cita pesos pesados de la formación conservadora, como Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, y Alfonso Rueda, su vicepresidente, que ayer intervinieron como números 1 y 2 del Partido Popular de Galicia.
También estaban José Manuel Cores Tourís, el delegado territorial de la Xunta; Juan Manuel Vidal Seage, el alcalde de Pontecesures; Xesús Palmou, el exconselleiro de Xustiza; Luis Aragunde, el alcaldable de Cambados; los vilagarcianos Tomás Fole, exalcalde, y Elena Suárez, número 3 del PP por la provincia; y otras muchas caras conocidas.
Fue una forma de poner toda la carne en el asador para arropar a un aspirante que parte en clara desventaja y tiene mucho que ganar y poco que perder, al igual que su partido en este municipio.
Conseguir la Alcaldía, "para que Catoira entre en el siglo XXI", o al menos impedir que García logre su octava mayoría absoluta, "para que deje de haber catoirenses de primera y de segunda", son algunas de las metas que se marca el candidato popular.
Al igual que se propone contribuir a recuperar para su partido la Diputación de Pontevedra y "pelear día a día por cambiar Catoira", evitar las "políticas de exclusión" y garantizar "la igualdad de oportunidades para todos los vecinos, recuperando los puestos de trabajo perdidos y ofreciendo bonificaciones a las empresas" que se instalen en la localidad.
Lo dijo ante unas 150 personas y empresarios como los representantes del imperio Quintá-Extrugasa, asentado en el municipio vecino de Valga, donde se ha convertido en una multinacional de referencia en el sector del aluminios y lucha por ampliar sus instalaciones.
Quizás por eso Caamaño, sabedor de que en la parroquia catoirense de Abalo hay un polígono industrial infrautilizado, pareció tender la mano a esa industria al reivindicar "oportunidades" para ese tipo de empresas en el municipio vikingo, para que a su vez las tengan lo propios vecinos.
"El cambio es posible", resaltó el joven estudiante antes de proclamar que "no podemos tener miedo a dar un paso adelante para acabar con treinta años de desgobierno socialista".
Por eso pidió la confianza de los vecinos para él y su equipo, comprometiéndose a arropar a los jóvenes y a proteger a los mayores, a defender a las mujeres y a fomentar tanto el deporte, "para disponer de unas instalaciones dignas", y por el turismo, "pero durante todo el año y no solo cada primer domingo de agosto", cuando se celebra la Romería Vikinga.
Y lo dijo confiado, porque Caamaño sostiene que tiene al presidente Feijóo y al conjunto del PP de su lado.
Una confianza a la que respondió el presidente, tanto incluyendo este mitin en su agenda como con las palabras que dedicó a este estudiante de Filosofía que inicia ahora su carrera política.
Feijóo lo animó y agradeció su implicación, convencido de que "es bueno tener filósofos en política, y mucho mejor que toreros, cantantes y otros personajes que están haciendo que la política en España se parezca a un zoológico".
Y así, en clave nacional y despachándose a gusto contra PSOE, Vox, el BNG y las "multimareas", a quienes incluso llegó a ridiculizar, lo que hizo el presidente de la Xunta y del PP gallego fue pedir la confianza de los catoirenses para su formación porque "es un partido serio que se toma a España y a los gallegos muy en serio".
