Tanto ayer por la tarde como esta misma mañana el fuego ha regresado a los montes de Rianxo, especialmente a las parroquias de Leiro e Isorna. Pero, a priori, no hay motivo para la alarma, pues lo que se está quemando son las pequeñas "islas" formadas a raíz del gran incendio originado el pasado lunes en Dodro en el que ardieron 1.162 hectáreas de monte, el 94% zona arbolada.

Se trata de superficies de terreno que se salvaron de la quema inicial, algunas del tamaño de un campo de fútbol.

Algunas con pinos y otras de monte bajo, esas "islas" quedaron rodeadas de tierra quemada por todas partes. Lo que sucede es que, si arrecia el viento, o incluso debido al calor de la tierra y al fuego que avanza por el subsuelo, especialmente a través de las raíces, las llamas pueden reaparecer y dar lugar a nuevos focos.

Esta misma mañana los agentes forestales y la Policía Local de Rianxo confirmaban esta incidencia y explicaban que, inicialmente, no hay riesgo de que esas llamas puntuales puedan propagarse de forma amenazante.

Ya se explicaba hace días que sería preciso seguir refrescando las zonas afectadas durante varias jornadas, para, precisamente, controlar este tipo de situaciones.

Cabe insistir en que la Consellería de Medio Rural confirmó ayer que en el incendio que desde las ocho de la tarde del lunes afectó a los municipios de Dodro y Rianxo ardieron nada menos que 1.162 hectáreas de monte. Una cifra que, en cualquier caso, podría aumentar si las llamas vuelven a reproducirse, como sucedió ayer por la tarde en Isorna, y no son controladas con rapidez.

En línea con lo que se había avanzado por FARO, la mayor parte de la zona afectada es arbolado, con un total de 1.092 hectáreas dañadas, correspondiendo las restantes a monte raso.

Se trata, sobre todo, de pinares, incluidas importantes plantaciones muy jóvenes, ya que se habían realizado en los últimos años para recuperar espacios castigados por anteriores incendios.

Estos datos de la Xunta, que dio por controlado el fuego a las 22.45 horas del miércoles, permiten reiterar que el incendio de Rianxo se convirtió en una auténtica tragedia medioambiental para este municipio de la comarca de Barbanza (Arousa Norte), la misma en la que a estas horas arden los montes del Concello de Boiro.

Y del mismo modo la magnitud del fuego deja patente que el abandono del monte propicia este tipo de sucesos. Los vecinos insisten en que las llamas se acercaron a sus casas "debido a la gran cantidad de maleza existente".