En O Salnés hay todavía cientos de pozos de agua sin tapar. Una situación que puede significar un riesgo elevado para las personas, sobre todo cuando los acuíferos se encuentran próximos a pistas o caminos, y que se ve facilitada por el hecho de que ni los concellos ni la Xunta de Galicia tienen potestad para sancionar a los propietarios que no protegen de algún modo el acceso a los manantiales.

En concellos como el de Vilagarcía, lo que hacen cuando reciben la queja de algún ciudadano que ha encontrado un pozo sin protección en una zona abierta es comunicárselo a Augas de Galicia, para que sea este organismo dependiente de la Xunta el que medie ante el propietario de la finca.

Pero en Augas ni siquiera exigen a los agricultores que tapen el pozo cuando éstos tramitan la autorización administrativa para la extracción de agua, como ha reconocido un ingeniero técnico agrícola especializado en la legalización de las perforaciones de regadío. FARO intentó ayer conocer el planteamiento de Augas, pero sin éxito.

La existencia de numerosos acuíferos a cielo abierto en O Salnés puede deducirse con una simple regla de tres de una reciente inspección de la Policía Local de Vilanova. Y es que tras la tragedia del niño Julen Roselló, que murió en un pozo de Totalán (Málaga), un agente empezó a peinar el término municipal en busca de pozos sin protección.

Y el resultado no pudo ser más inquietante. "Solo entre Corón, una parte de Caleiro y una parte de Currás encontró más de 30", afirma el jefe de la Policía Local de este municipio, Joaquín García. Todos esos lugares pertenecen a una sola parroquia, Caleiro, y entre los nueve municipios de O Salnés, suman más de medio centenar de parroquias. Aunque, eso sí, Caleiro pueda ser una de las que más pozos tiene, dado su enorme potencial agrícola. Sea como fuere, Vilanova es el único municipio arousano que ha puesto en marcha una campaña específica de censo de los acuíferos sin tapar.

El jefe de la Policía Local vilanovesa, Joaquín García, aduce que "hace años, cuando se trabajaban las tierras, los pozos se veían perfectamente, y los vecinos sabían exactamente donde estaban. Pero ahora que muchas zonas de campo están abandonadas, nos podemos encontrar con pozos tapados por la maleza que resultan muy peligrosos".

A esto se añade el hecho de que a medida que se ensanchan las pistas rurales, los manantiales que antes quedaban relativamente separados de la zona de paso de vehículos y peatones, ahora están a un palmo del asfalto.

Ese es, precisamente, uno de los aspectos que más preocupa a Javier Tourís, concejal de Vilanova que ha asumido la gestión de la campaña para animar a los vecinos a taparlos. "La Policía Local está haciendo inspecciones de oficio. Los pozos que están al lado de las pistas son los más peligrosos, sobre todo para los niños y los ancianos. Si le viene un coche y el peatón se hace a un lado y tiene la mala suerte de que hay un pozo allí, pues puede pasar lo peor", afirma el edil y primer teniente de alcalde.

Dice que lo más importante es "evitar riesgos a los vecinos", y que de hecho en los próximos días se van a enviar requerimientos a unos 15 propietarios de pozos de Corón para que los tapen de algún modo. Y aunque evidentemente la prioridad sea garantizar la seguridad de las personas, en Vilanova recuerdan que las caídas de animales son también frecuentes. "Hace quince días aún sacamos un perro de dentro de un pozo de Caleiro", dice el jefe de la Policía.

La actual campaña de Vilanova, sin embargo, no está únicamente motivada por la muerte de Julen Roselló. A principios de la década pasada, siendo concejal Manuel Rodiño, ya se llevó a cabo un programa de concienciación con los vecinos, y hace tres años se publicó otro un bando. En estos momentos, el Ayuntamiento está preparando un nuevo aviso. Eso sí, no está previsto sancionar.