-Su salida de la selección no fue quizá la más apropiada después de 14 años llevando el peso del equipo en épocas mucho menos agradecidas que ahora. ¿Le gustaría volver a abrir esa puerta?

-Es una etapa que está cerrada porque mientras esté el seleccionador que está ahora es imposible. Todavía no sé cuáles son las razones, pero esas puertas se han cerrado para mí y estoy centrada en mi labor de club. Mi tiempo en la selección ha tocado a su fin y no es una situación que dependa de mí. Yo lo dí todo por esa camiseta mientras me convocaron, pero ahora toca seguir mirando hacia adelante. Yo me veo con fuerzas y ganas de seguir peleando con mis equipos y ahí es donde voy a focalizar todos mis esfuerzos.

-¿Cómo valora el crecimiento que está teniendo en España el fútbol femenino a todos los niveles?

-Es espectacular a todos los niveles. Hace unos días hubo mas de 40.000 aficionados en un partido en San Mamés. Eso era un sueño no hace muchos años para cualquier equipo de Primera División Femenina. Sientes envidia sana de no poder disfrutar de una experiencia así. Se está avanzando mucho y me alegro mucho de ese crecimiento. Esto es lo que todos queríamos y en lo que han trabajado muchas mujeres durante muchos años. Ahora la situación es mejor, pero todo el mundo sabe que quedan muchas cosas por hacer para apuntalar esa eclosión y acercarnos poco a poco a las condiciones que tienen en el fútbol masculino.

-En Vilagarcía está el Atlético Arousana. Este año toca sufrir en Segunda Nacional, ¿que mensaje de ánimo le mandaría al equipo?

-Simplemente les diría que el Atlético Arousana es un equipo histórico y todos le tenemos un cariño especial. Yo también he jugado contra el Arousana en mis primeros años en el fútbol y siempre fue una referencia en el fútbol femenino gallego. Lo que pasa es que hay veces que las cosas no van bien y seguro que trabajando pronto podrán tener mejores resultados porque es lo que espera toda Vilagarcía.