La oleada de robos que afecta a diferentes municipios de la comarca no solo no se detiene, sino que parece extenderse. Con los vecinos de Catoira prácticamente encerrados en sus casas y organizando vigilancias nocturnas, a causa de la sucesión de robos en viviendas; con los de Vilagarcía pendientes de los cometidos en residencias de la zona de Carril y Bamio, así como en varios negocios de la ciudad; y con los de O Grove aún expectantes por la investigación de una veintena de personas relacionadas con el saqueo de una vivienda de Monte da Vila durante meses, ahora se sabe de nuevos casos, también en la villa meca.

En concreto en la madrugada del pasado viernes un ladrón asaltó una farmacia situada en el número 65 de la calle Luis A. Mestre. Funciona desde hace tiempo, pero cambió de titular hace poco. Su actual responsable, Isabel Álvarez, vecina de Redondela, la inauguró hace apenas quince días, "y me estrené de la peor forma posible", lamenta.

Visiblemente preocupada, indica que el autor del asalto forzó y destrozó la puerta de entrada antes de llevarse la caja registradora con las monedas que guardaba. Sonó la alarma, pero cuando llegó la Guardia Civil ya se había ido.

"Hay una oleada de robos"

"Los agentes me indicaron que hay una oleada de robos en la zona y que también asaltaron una casa en A Graña y una tienda de llaves situada en el centro, además de un bar muy conocido", explica la propia Isabel Álvarez.

Se refiere, en el primer caso, a la zapatería Don Tacón, en la calle Alexandre Bóveda, ya asaltada en otras ocasiones y donde esta vez -entraron a robar ayer de madrugada- se llevaron la caja registradora, con apenas diez euros en monedas, según confirma su dueño.

El restaurante del que habla la farmacéutica es el Crisol, en la avenida de Beiramar, donde tres individuos con la cara semitapada -con gorras y cuellos levantados- rompieron la puerta acristalada de la entrada en la madrugada del lunes.

Dentro del este conocido local con vistas a la plaza de O Corgo quisieron llevarse la máquina de cobro automática, que es también caja fuerte y en cuyo interior estaba la recaudación de todo el fin de semana.

Afortunadamente los cacos no pudieron hacerse con el botín, ya que dicho artilugio está fuertemente anclado al suelo, y muy a su pesar tuvieron que marcharse con las manos vacías antes de que llegara la Guardia Civil.

"Llevaban capuchas y cuellos levantados para cubrirse parcialmente la cara", indican en el restaurante.

También sonaba la alarma y hay imágenes de los sucedido, las cuales están siendo analizadas por la Guardia Civil, así como las huellas dactilares que tomaron los agentes en los diferentes escenarios.

Responsables de empresas dedicadas a la instalación de alarmas que estos días recorren tanto O Grove como Catoira y otras localidades arousanas coinciden al señalar que "cada vez son más los vecinos que reclaman la instalación de dispositivos de seguridad en sus viviendas".

También los agentes policiales consultados reconocen una creciente preocupación ciudadana y un aumento de los robos y atracos, algunos a mano armada, cometidos tanto en viviendas como en la vía pública.