El conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, vivió una jornada convulsa en O Salnés en la visita que ayer realizó al centro de salud de A Illa y, posteriormente, al Hospital de O Salnés.

En ambos lugares se encontró con la protesta del personal de ambulancias que le reclamaban un encuentro para abordar un conflicto que se ha enquistado en el tiempo sin que se encuentre una solución a corto plazo.

Almuiña esquivó a los manifestantes en A Illa tras esgrimir que se trataba de un conflicto entre trabajadores y empresa y que la Consellería no podía entrar en ese diálogo al no ser parte interesada. Tan solo aseguró que su departamento había emplazado a Relacións Laborais a hacer de intermediario y "pido a ambas partes que traten de llegar a acuerdos por el servicio público que desempeñan, ya que se trata de algo muy sensible para la población y es necesario que alcancen un acuerdo". El titular de Sanidade salió del centro de salud al grito de "conselleiro dimisión" tras no responder a los convites de diálogo que se le lanzaban desde el grupo de manifestantes.

A su llegada al Hospital de O Salnés se volvió a encontrar con los trabajadores, a los que volvió a esquivar hasta que las responsables de la junta de personal del centro sanitario mediaron para que los recibiese, accediendo a un encuentro con dos de sus representantes

El encuentro no fue extremadamente satisfactorio, como reconocería César Rajoy, uno de los dos trabajadores de las ambulancias que se sentó frente al conselleiro, pero sirvió para evitar que el político se expusiese a nuevas protestas. Lo único que consiguieron, explicó Rajoy a la salida de su encuentro con Almuiña, fue arrancarle el compromiso de "intentar buscar una solución a esto, aunque no va a ser fácil ni va a ser inmediata". Esta dilatación en el tiempo, explica Rajoy, puede generar un grave problema para los compañeros, que pueden sufrir mucho económicamente".

También se abordó una cuestión que lleva años en el candelero en la comarca, la de contar con una ambulancia medicalizada. En esta ocasión, el conselleiro mostró un ligero cambio de criterio, al asegurar que lo estudiarían, aunque "sin comprometerse a nada".

En definitiva, explicaba Rajoy, fue un encuentro en el que "hubo muy buenas palabras, pero sin nada claro, por lo que seguiremos con las reivindicaciones y concentrándonos, pero al mismo tiempo, siendo responsables y cumpliendo al 100% los servicios mínimos, algo en lo que la ciudadanía puede estar muy tranquila".

El titular de Sanidade se desplazó a A Illa para ver los últimos retoques de la remodelación a la que se está sometiendo el centro de salud, donde su departamento invierte unos 500.000 euros, y que se finalizarán el próximo 15 de marzo.

Tras agradecer la colaboración del Instituto Social de la Marina en este proyecto, con la cesión de espacios que han permitido ampliar el centro, no esquivó el dardo envenenado que le envió el alcalde de A Illa, Carlos Iglesias, al preguntarle por los problemas que hubo con el ascensor, en el que no entra una camilla.

"No hay ascensores para camillas en los centros de salud de tamaño medio o pequeño, como es este caso, simplemente se hace una sala especial en la entrada para que todos los pacientes que lleguen en condiciones difíciles sean atendidos", explicó. Defendió abiertamente la apuesta de su departamento de remodelar el edificio en lugar de construir uno nuevo, al tratarse de "una localización que valoran mucho los vecinos, al encontrarse en un lugar céntrico y que ahora se ha convertido en un centro moderno y con suficiente accesibilidad, siendo independientes los flujos del ISM y del centro de salud, algo que no ocurría antes".

Contratar pediatras

Tampoco esquivó la cuestión que más ha preocupado en A Illa en los últimos tiempos, la ausencia de pediatra. En el caso de A Illa, que es compartido con Ribadumia, aseguró que la plaza no se va a amortizar en el futuro, sino que se mantendrá. "España es uno de los siete países de Europa que cuentan con pediatra en la atención primaria, y Galicia en concreto, cuenta con uno por cada 900 niños; tenemos pocos pediatras en el territorio español por lo que, además de tratar de incrementar la formación, hemos apostado por un nuevo contrato para dar la estabilidad necesaria a estos profesionales", indicó Almuiña . Ese contrato, además de experimentar un incremento en el salario, también se ampliará de uno a tres años, "lo que garantiza esa estabilidad que demandan los profesionales".

Es más, no dudó en asegurar que se iba a tratar de pescar en otras comunidades autónomas, e incluso, en el norte de Portugal, tratando de recuperar "a profesionales que se han formado aquí y que están trabajando allí en estos momentos". No se descarta tampoco atraer a médicos portugueses.