Asociaciones como Solidariedade Galega co Pobo Saharaui o Ledicia Cativa son como ángeles de la guarda para cientos de niños que viven en lugares heridos por la pobreza, el calor más extremo o las catástrofes medioambientales. Gracias a estas asociaciones, un grupo de niños tiene la oportunidad de pasar el verano en Galicia, y disfrutar por unas semanas de los cuidados de una familia de acogida.

Pero para poder llevar a cabo esa labor, las asociaciones necesitan familias de acogida. Es precisamente ahora cuando se abre el plazo de inscripción para los interesados, aunque los niños llegarán en verano. Rosana Rey, delegada en O Salnés del programa "Vacaciones en Paz", lleva seis años acogiendo niños de los campos de refugiados del Sáhara, y afirma que "en estos momentos nos urge encontrar más familias en O Salnés".

En 2018 participaron en el programa una quincena de familias de la comarca arousana, pero algunas de ellas no repetirán este verano. Se trata, en algunos casos, de vecinos de la comarca que llevaban años abriendo su casa a un mismo niño, pero que esta vez ya no vendrá porque ha cumplido los doce años. Y, en esa situación, prefieren tomarse un descanso emocional. En otros casos, no pueden atender a los pequeños este verano por sus trabajos o porque su situación económica ha cambiado.

"Ahora es cuando se están haciendo las solicitudes y tramitando los permisos", explica Rosana Rey. El plazo para recibir las peticiones de los vecinos se mantendrá abierto hasta marzo. El único requisito que se pide, "es que la familia se comprometa a dar al niño los cuidados que le daría a cualquier otro menor".

Otra asociación que está inmersa en la recogida de solicitudes es Ledicia Cativa. En este caso, se trata de un colectivo que gestiona las vacaciones en Galicia de niños procedentes de la región rusa de Briansk, a la que pertenece la localidad de Chernóbil, donde en 1986 se produjo uno de los accidentes nucleares más graves de la historia.