Los grovenses asisten a la última fase de dos obras importantes, una en el centro urbano de la villa y la otra en A Toxa. La primera de ellas propicia la reposición de servicios y la mejora de la accesibilidad en la avenida de Beiramar, en el tramo comprendido desde la cofradía de pescadores hasta la rotonda de las garzas. La otra se centra en la reposición de aceras e instalación de rotondas en la calle Don Pedro, entrada principal al corazón de la isla.

En ambos casos se ve interrumpido el tráfico rodado a causa de los trabajos que se llevan a cabo desde hace unos meses. Y también se verá trastocado una vez finalizados, al menos en el caso de la calle Beiramar, ya que pasará a disponer de doble sentido de circulación.

Esta obra en concreto, impulsada por el Concello de O Grove y que iba a estar finalizada antes de que terminara el año 2018 -el retraso acumulado con la consecución de permisos lo hizo inviable-, conlleva un desembolso de unos 160.000 euros. Se afrontan trabajos de desdoblamiento de la calzada y humanización del entorno, dotando al vial de tres badenes y una plataforma elevada que unirá la plaza de O Corgo con la calle Alcalde Xacobe Barral, "formando así una senda peatonal que favorecerá la accesibilidad en el centro urbano", según el alcalde, José Cacabelos.

También se instala un punto de carga de coches eléctricos y se ensanchan las aceras.

Respecto a la obra en la calle Don Pedro, impulsada por la Comunidad de Propietarios La Toja, conlleva un desembolso de unos 300.000 euros para instalar unas nuevas aceras en una superficie aproximada de 2.200 metros cuadrados y construir dos rotondas que suman sesenta metros cuadrados más.

Con esas glorietas se intenta mejorar la seguridad y ordenar el tráfico en el entorno de la capilla de San Caralampio y del Beach Club La Toja.

El objetivo global es "mejorar el aspecto general de la isla y dar mayores comodidades a vecinos y turistas", en palabras de José Miguel Leirado Campo, presidente de la Comunidad de Propietarios La Toja.