Es legal y ya ha recibido la autorización de la Xunta, pero el transformador que Fenosa y el Concello de Vilagarcía proyectan ubicar en los bajos de la nueva guardería pública de Vilaxoán se ha encontrado el rechazo no solo político, sino también vecinal. Varias familias de la localidad expresaron a FARO su preocupación por el emplazamiento de la instalación eléctrica en el edificio de la escuela infantil "por muchas medidas de seguridad que se tomen", en alusión a las declaraciones del alcalde en las que anunciaba públicamente que el transformador sería nuevo (el nuevo está en superficie junto al lavadero) e iría soterrado en un búnker de hormigón.

Exdirectivos de la asociación de vecinos de Vilaxoán coinciden con el Ayuntamiento en que la retirada del transformador de su ubicación actual es una vieja demanda vecinal, pero recuerdan que el acuerdo alcanzado en su día pasaba por soterrar la maquinaria donde está, no bajo la guardería. Aunque la actual directiva no ha abordado este polémico asunto, uno de sus miembros opina personalmente que un centro educativo "no parece el lugar más adecuado".

Luz López es una vecina de Vilaxoán que trabaja en una fábrica de congelados. Es madre de una niña de 4 años y trae otra en camino, pues está embarazada de siete meses. Por tanto, su familia es una potencial usuaria de la nueva guardería, cuyas obras deben terminar el lunes para conservar la financiación provincial con la que se sufragan. "Creo que es un poco peligroso poner ahí el transformador. Sería recomendable buscar otro sitio u otra solución. A mí el bajo de la guardería no me convence, no me da tranquilidad ni confianza", expresa esta vilaxoanesa.

Roberto Cardalda es otro vecino de Vilaxoán, padre de una niña de 3 años que va al colegio de Faxilde. Él trabaja como mecánico naval en el mar y desembarcó hace unos días para pasar las Navidades con la familia. "No tengo nada en contra del gobierno de Vilagarcía, algunas cosas las hace bien y otras no tanto, es un gobierno que escucha, pero quien lo ha asesorado en esto del transformador no lo sé porque no tiene ni pies ni cabeza; hay otros muchos sitios en Vilaxoán para ubicarlo como el relleno nuevo o el muelle, entre otros", comenta Roberto. "Pero claro, saldrá más caro cuanto más lejos se desplace", agrega.

Al igual que otras familias de Vilaxoán, este vecino no considera "lógico" que esta instalación eléctrica se emplace en el bajo de una guardería a la que van a ir niños de 0 a 3 años. "Con la gente con la que hablo piensa igual, no le gusta el emplazamiento".

"Esto ya no es una opinión personal, sino profesional. Las corrientes magnéticas son muy peligrosas. En el barco tenemos transformadores y disponemos de un sitio para descargar la corriente", explica Cardalda. "No creo que Industria vaya a dar el permiso", dice.

Pero sí que lo ha concedido. Fuentes municipales precisan que la autorización de la Consellería llegó a Ravella el jueves. Por tanto hay vía libre para el traslado de la maquinaria.

Actualmente se encuentra en superficie, junto al lavadero. Esa vieja instalación se sustituirá por otra más moderna que quedará soterrada en un búnker de hormigón para un mejor aislamiento y se colocará "en la planta baja del edificio de la guardería, en la Rúa Miramar", reza el la resolución de la autorización administrativa emitida por la Xunta.

El regidor vilagarciano, Alberto Varela, defendió desde el principio la seguridad del nuevo transformador, recordando además que cualquier edificio de nueva construcción con más de cien kilovatios tiene la obligación de tener una maquinaria de este tipo.

La mayor parte del coste de la actuación lo asume Fenosa. El Ayuntamiento deberá pagar la mano de obra, estimada en unos 35.000 euros. Cuando se anunció a principios de mes el traslado del transformador, PP y Esquerda Unida reaccionaron de inmediato, instando a los socialistas a recapacitar y a buscar otras alternativas.