La isla de Cortegada y otras propiedades de Alfonso XIII

El alcalde de Vilagarcía Elpidio Villaverde expuso los propósitos de la localidad en este espacio insular frente a Carril

La isla de Cortegada perteneció a Alfonso XIII como bien privativo y no de la Corona. // Iñaki Abella

La isla de Cortegada perteneció a Alfonso XIII como bien privativo y no de la Corona. // Iñaki Abella

víctor viana

El periódico "El Eco de Santiago" relataba que el tal director general visitó la isla, junto con el alcalde de Vilagarcía, Elpidio Villaverde, el delegado de Hacienda de Pontevedra, el administrador de Rentas Públicas y varios jefes de la Dirección de Propiedades. Todos ellos recorrieron la isla en varias direcciones para hacerse una idea de lo que podría valer, no solo en el aspecto material, sino también en su belleza natural y sus posibilidades, y "quedando tristemente impresionados todos, del estado de abandono en que se tiene, a pesar de la admirable situación de aquel paraíso que se deja bañar por todos sus lados en el centro de la incomparable ría arosana, en el punto mismo donde las dulces aguas del Sar y del Ulla, ya refundidas, se abrazan en las salobres aguas del mar". "El Eco de Santiago" era un viejo periódico compostelano, nacido en 1896, que se autocalificaba como "periódico independiente", propiedad de Celestino Sánchez Rivera, y que tuvo entre sus colaboradores a los más conocidos escritores de la época: Aurelio Ribalta, el marqués de Figueroa, Armando Cotarelo Valledor, Victoriano García Martí, Juan Barcia Caballero, etcétera que fueron componiendo sus páginas, hasta que la vorágine de la Guerra Civil se lo llevó en 1938 como tantas otras publicaciones de Galicia. De tendencia católica-conservadora según el historiador de la prensa gallega, Enrique Santis Gayoso, relataría el comentario anterior sobre la isla, de la forma más aséptica posible, evitando en lo posible ataques a la institución monárquica o demasiada inclinación hacia la República.

El alcalde de Vilagarcía fue exponiendo al director general, una serie de proposiciones que tenía el Ayuntamiento hacia la isla, tal como la petición que había hecho al gobierno republicano, consistente en la cesión de la misma al municipio vilagarciano, "para que luego este pueda ofrecer parcelas en donde se levanten edificios destinados a colonias escolares que podrían formar no solo a los niños de las ciudades gallegas, cuyas diputaciones deberían auxiliar estas construcciones, sino los mismos del interior, los madrileños entre estos, con la ayuda de su diputación".

La idea de acoger a los niños de Galicia y de España no era nueva para Vilagarcía, ya que anualmente llegaban niños del hospicio compostelano durante el verano para Vilaxoán, e incluso los del colegio de huérfanos de la Guardia Civil acudían a Vilagarcía, y, curiosamente, el último año que deberían haber pasado en la villa, se vio truncado por el inicio de la Guerra Civil.

Otro periódico, también de corte católico y conservador, "El Compostelano", publicaba en junio de 1932, lo que titulaba como "caudal privado de los bienes de Alfonso XIII", que lógicamente no pudo llevarse cuando salió de España tras proclamarse la República en 1931.

Hacía la siguiente relación de bienes: "En Madrid: participación en la casa de la avenida de Eduardo Dato, por un valor estimado de 385.687 pesetas de la época; un solar en el distrito de Buenavista por valor de 50.465 ptas., que probablemente habría vendido en 1930, y cuya recuperación supondría acudir a la Justicia; una casa sin valorar en la carretera de Extremadura nª 44, sin tasar por el momento según comunicación del director general de Propiedades; otra casa también sin tasar en la calle de Antillón, como un solar en la calle de la Espada.

El periódico decía que en Barcelona el Palacio Real de Pedralbes fue cedido al Ayuntamiento de la capital, con lo que no hacía falta ningún trámite al respecto. Realmente, el palacio de Pedralbes no había sido donado al rey a título personal, sino a la "Real Casa y Patrimonio de la Corona" por lo cual, con la República, pertenecía al Estado. Durante el período republicano, el último acto celebrado, fue la despedida de las Brigadas Internacionales en noviembre de 1938.

En San Sebastián poseía el palacio de Miramar, valorado en 4.210.914 pesetas, que había sido mandado construir por la reina María Cristina, quedando al rey Alfonso XIII en herencia. También, Villa María, sin tasar, la finca Lore Toki dedicada a cuadra de caballos por un valor de 151.528 ptas., el caserío de Ollo por valor de 91.971 y el caserío de Amasorrain de 172.349 ptas.

En Santander el palacio y península de la Magdalena, tasado en 2.584.048 ptas. Había sido construido entre 1909 y 1911 por suscripción popular para albergar a la familia real española y con la llegada del franquismo fue devuelto a la familia real, o sea a Don Juan, el cual lo vendió en 1977 a la ciudad de Santander en 150 millones de pesetas. En Segovia el torreón, caballerizas y huertos de Balsain, valorados en 21.250 pesetas. En Ávila, parte de una finca urbana sita en el paseo de Santo Tomás, herencia de Isabel II en la que tenían parte muchos de sus herederos. Sin tasar todavía.

El "Eco de Santiago" terminaba su editorial sobre la isla de Cortegada, diciendo que: "En otro país donde tuvieran un territorio paradisíaco como ese, la iniciativa particular o la actividad oficial, habría realizado, hace ya mucho tiempo, la obra de utilizarlo para que proporcionase salud y dulzura, descanso y alegría a chicos y grandes.

Claro que, mientras fue propiedad particular de D. Alfonso, nada podía hacerse porque era él quien debía realizar lo que se intentase; pero ahora hay que ganar el tiempo perdido derribando los restos de casuchas que la isla conserva para levantar, modernos y poco costosos edificios que sirvan para albergar a quienes vayan a descansar a la isla, a la que es necesario dotar de caminos y demás beneficios del progreso".

El rector de la Universidad de Santiago, Alejandro Rodríguez Cadarso apuntaba la idea de que se podrían construir en la isla unos pabellones, que podrían servir como una Residencia de Estudiantes, idea que cogió el periodista Rey Alvite, para pedir que parte de la isla se le concediera a la Universidad de Santiago en donde podría actuar "como un faro de ciencias".

Por su parte el gobierno municipal, en un pleno en que se habló sobre el porvenir de Cortegada, estimaba que lo mejor era devolver la isla al pueblo de Vilagarcía, "siguiendo un precedente establecido por el Ayuntamiento de Santander por lo que respecta al Palacio de la Magdalena de dicha capital".

Realmente, lo de Santander, no había sido tan fácil como estimaba el pleno municipal, ya que con el inicio de la Segunda República, el palacio de la Magdalena se transformaría en un centro cultural con el carácter de "Universidad de Verano", sin poder para expedir títulos universitarios que se tradujeran en actividades profesionales, y tras la Guerra Civil quedaría definitivamente como Universidad Internacional a partir de 1945.

Solo pasaría a poder municipal de Santander, junto .con la península, tras abonar 150 millones de pesetas al conde de Barcelona, heredero del conjunto de la Almudena.

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