La pegada del antiguo monasterio de Cálago, en Vilanova de Arousa, está más cerca de salir a la luz. Los arqueólogos regresarán el viernes al entorno donde se sospecha que puede encontrarse para tratar de excavar y dar con la edificación religiosa y el antiguo castro sobre el que se asentó, dos elementos que fueron fundamentales en la historia del municipio vilanovés.

Esta excavación se acometerá gracias al convenio bianual de colaboración entre la Consellería de Cultura y el Concello de Vilanova, con una aportación de 30.000 euros por parte de la primera de las instituciones, que servirán para afrontar los trabajos que van a desarrollar los arqueólogos en las próximas semanas.

El proyecto se va a desarrollar en dos fases. En la primera, que arrancará el próximo viernes, se llevarán a cabo trabajos de documentación de todos los elementos que se localicen durante las excavaciones. La segunda fase, financiada ya por el Concello y que se llevará a cabo a principios de 2019, el objetivo será el de consolidar todos aquellos elementos que se encuentren y que llevan varios siglos ocultos bajo la tierra de Cálago.

Los arqueólogos no actuarán en esta excavación a ciegas. No en vano, en septiembre de 2017 realizaron una serie de catas que les permitieron descubrir importantes elementos de las etapas castrexa y romana. Las catas en las que se encontraron más restos, entre ellos, varias ánforas romanas, fueron las realizadas en la terraza del castro. Fue en ese punto donde apareció abundante material y donde, posteriormente, el georradar localizó una serie de anomalías que podrían corresponder a muros de edificaciones enterradas.

La empresa que se va a encargar de acometer la actuación será Estela Arqueoloxía e Patrimonio, la misma que realizó los sondeos del pasado año.

El castro de Cálago, incluido en el catálogo de Patrimonio Cultural de Galicia, se localiza en el propio núcleo urbano de Vilanova, en una pequeña colina a escasos 100 metros de la línea de costa actual. Se trata de un castro de la Edad del Hierro que presenta una forma elíptica, con unos ejes de 105 x 80 metros, en el que se identifica claramente su croa y una primera terraza, aunque es muy posible que contase con una segunda donde actualmente se encuentra el cementerio de Cálago. Con posterioridad, ya en la Edad Media, se estableció en ese lugar un monasterio del que se conserva todavía su torre o campanario, convertida en emblema del municipio. El Concello de Vilanova tiene cedidos los terrenos donde se asienta el castro, al alcanzar un acuerdo con sus propietarios para realizar los trabajos arqueológicos.